Victoria que sólo puede significar mejoras
Esta contundente y justificada victoria del Tricolor le va a servir a la Selección de México, para poner muchas cosas en su lugar, y más que nada en referencia a una soberbia que ha sido pecado capital exonerado, creemos, a tiempo.
La categórica derrota que le infligió a Nueva Zelanda en el Estadio Azteca en la ida de esta serie del repechaje camino al Mundial de Brasil, ha sido útil, más allá del resultado en sí, por las circunstancias que han rodeado al conjunto dirigido ahora por Miguel Herrera, y teniendo en cuenta la pobre campaña mexicana desde el principio de estas eliminatorias.
Aquella soberbia que supo reconocer en su momento Víctor Manuel Vucetich, el antecesor del ‘Piojo’ Herrera, ha quedado demostrado tras el triunfo ante los neozelandeses, que no es buena consejera del Tri porque descubre, tras este casi lapidario 5-1, las culpas de muchos de aquellos que no supieron mantener el perfil correspondiente de un grupo que supo lograr en su momento, objetivos importantes sin dejar de perder el horizonte de equipo humilde y trabajador.
El partido ante los oceánicos en esta ida del repechaje, se quiera o no, dependiendo de quién opine, le ha cambiado el semblante a un equipo que siempre ha sido desde su historia, candidato a más de lo que había mostrado en estas eliminatorias de Concacaf.
En unos días llegará la vuelta en Wellington. Nueva Zelanda, donde no me atrevería ni siquiera a presagiar una sorpresa mayúscula cuando vuelvan a verse las caras frente a los de Ricki Herbert, algo que suena a improbable más allá de descontar una clasificación mexicana rumbo a Brasil, con sólo aportar la mitad de los que el conjunto de Miguel Herrera mostró anoche en el Coloso de Santa Úrsula.
