Aún toca sufrir un poco más
Está claro el difícil compromiso que la selección de México tiene por delante todavía, nada está asegurado camino a Brasil y cualquier alternativa puede suceder a juzgar por lo visto ante Panamá en el Estadio Azteca; se debe ser conciente de la fortuna en el desarrollo del juego, y que las circunstancias podrían muy bien haberle dado el empate al conjunto canalero para irse con el empate del Coloso de Santa Úrsula.
Se venció, y se lograron los tres ansiados puntos, porque a Raúl Jiménez se le ocurrió tirar de genialidad e inventarse una acción de pura técnica básica individual, para conseguir la victoria a escasos minutos de final de una brega que iba camino a una igualdad por simple merecimientos de uno y otro.
El funcionamiento del nuevo Tri de Víctor Manuel Vucetich no confundió a nadie; demasiados movimientos estratégicos sin convicción, poca adaptación táctica a lo que busca el timonel tamaulipeco, e insuficiencia técnica de ejecución en un método que de a poco se va insinuando, y con el cual no se puede pretender familiarizarse en pocas semanas… Es imposible, y menos con la presión a que ha sido sometido este equipo en los últimos tiempos.
Los hombres que saltaron con la nueva playera verde al terreno de juego ante Panamá, eran más jugadores dispuestos a cumplir un rol indicado en base a la premisa de conseguir la victoria que de proponer buen fútbol, y para eso no importaba la calidad de los mismos, sino la disposición anímica para sostener durante 90 minutos un plan estajanovista.
Así se logró el triunfo, y con ello, la ilusión que alberga un venidero partido ante Costa Rica en tierras centroamericanas para acceder de alguna manera a lo que se trata de cambiar, y de ser una pesadilla, transformarlo en un dulce y placentero sueño.
Ahora toca seguir concentrado en el objetivo primordial, no desviar la mira de la repesca, y esperar a que los resultados favorezcan al Tricolor para pasar de manera directa al Mundial de Brasil.