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    Hugo Salcedo | La “dulce” vida del futbolista

    Haber jugado al fútbol es sin duda una de las mejores experiencias de vida.

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    Por:
    TUDN


    Para muchos de nosotros haber jugado al fútbol es sin duda una de las mejores experiencias de vida, sin importar el momento, el lugar o la compañía. Es poder invertir el tiempo en una actividad que satisface por completo nuestra necesidades de entretenimiento.

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    Poder tan solo imaginar llevar esta misma actividad al profesionalismo es sería más que un sueño cumplido.

    Jugar en primera división, ser visto y admirado por millones de personas en los estadios y televisión, ganar cientos de miles de pesos en una carrera exitosa es el mejor trabajo del mundo.

    Y seguramente la mayoría de estas cosas son ciertas, sin embargo, hay otro lado que siempre debemos considerar y analizar de aquellos que tienen “el mejor trabajo del mundo”.

    La gran mayoría se ven obligados a dejar muy jóvenes a sus familias, renuncian, desde adolescentes y a veces niños, a muchos afectos ya que comienzan a construir es gran sueño. La vida los obliga a madurar de manera precoz, su largo camino hacia el estrellato los deja casi siempre sin fiestas, reuniones familiares y contactos cercanos con los seres queridos.

    Su vida se convierte en un incesante esfuerzo por llegar a cumplir el objetivo final. Afortunados aquellos que llegan. En el camino se quedaron la mayoría, entregaron casi todo y se quedaron sin nada.

    Los que lo lograron tendrán por delante más retos personales que cumplir, ahora tendrán aún menos tiempo para estar con sus familiares.

    ¿Se imaginan poder conocer a un hijo a los 30 días de nacido por andar en concentración?.

    ¿No poder despedir a un padre o madre en el momento de fallecer?, privarse de graduaciones, fiestas y cientos de eventos relevantes porque el fútbol no da tregua ni respiro, estas son historias reales y comunes en el mundo del fútbol.

    Saber que en cualquier momento puedes cambiar de ciudad y país, obligando a tu familia a tener que iniciar de nuevo con las relaciones de amistad, ese es lado del futbolista que debemos también considerar.

    Si ganan en la mayoría de los casos mucho dinero, si viven una vida que a la casi todos nos gustaría, pero también hay innumerables situaciones que convierten al futbolista profesional, el personaje que nunca nos gustaría ser.

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