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    Conoce la tradición del CenturyLink Field, casa de Seahawks y Sounders FC

    Pocos estadios vibran con la pasión del corazón de sus aficionados en Seattle.

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    Por:
    Samuel Reyes.

    Pocos estadios como el CenturyLink Field, casa de Seahawks y Sounders FC, vibran la pasión de sus aficionados por dos deportes que se alternan el corazón de los ciudadanos de Seattle.

    Imagen TUDN
    Pocos estadios como el CenturyLink Field, casa de Seahawks y Sounders FC, vibran la pasión de sus aficionados por dos deportes que se alternan el corazón de los ciudadanos de Seattle.

    En Seattle existe un recinto deportivo que levanta las pasiones de sus aficionados en el deporte profesional de la ciudad, el CenturyLink Field, la casa de los Seahawks en la NFL y del Sounders FC en la MLS.

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    Su tradición en realidad no es añeja, puesto que fue inaugurado en el año 2002, lo que si es longeva, es la pasión de los aficionados de Seattle por los equipos que ahi juegan como locales.

    Este estadio está hecho a la medida del sueño americano, en grande. Tres niveles para recibir a los aficionados que pueden contarse de acuerdo al deporte ó evento al que asistan, pues aunque tiene una capacidad de 72,500 asientos , el espacio destinado para los partidos de la MLS es de 39,115 personas.

    Este es un lugar donde el amante de su equipo va a desestresarse, donde la pasión deportiva se desborda en todo sentido, sobre todo, si tomamos en cuenta los deportes nacionales en la Unión Americana, como es la NFL y más recientemente también la MLS.

    Hay un récord muy interesante en el palmarés del estadio multiusos, pues no sólo deben contarse aficionados en un partido, o asistentes a un concierto, o los muchos paseos turísticos con los que cuenta este, ahora, tradicional lugar.

    Un récord Ginness se impuso por su afición, considerada la más ruidosa de todos los Estados Unidos en lo que a deportes pofesionales se refiere.

    En el año 2013, los Seattle Seahawks recibieron a los San Francisco 49ers, y fue uno de esos partidos llenos de emoción por los puntos que sumaban y sumaban los locales para dejar un marcador de 29 a 3 en la himillación deportiva al visitante.

    Un safety, un gol de campo y una carrera de 14 yardas de parte de Marshawn Lynch los pusieron arriba en el marcador hasta el tercer cuarto, cuando los visitantes anotaron sus únicos tres puntos gracias al gol de campo conectado por Phil Dawson.

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    La cosa no paró ahí, sino que siguió hasta obtener el abultado resultado y de paso, conseguir el registro que Phil Robertson certificó para el libro Ginness, pues los asistentes hicieron mucho ruido, tanto que fueron 136.6 decibeles, superando el umbral del dolor para el oído humano y que equivalente a la turbina de un avión de reacción durante el despegue.

    Este acontecimiento, superó la nota más alta registrada al momento y que habían conseguido en el clásico turco de futbol entre el Galatasaray y el Fenerbahce que fue de 131.7.

    Pero no sólo fueron capaces de semejante hazaña, sino que además la afición de Seattle es capaz de ocasionar un terremoto, no dañando edificios, pero si por un movimiento de tierra que provocaron.

    En el año 2001, un touch down de 67 yardas conseguido por Marshawn Lynch hizo que los aficionados saltaran y gritaran de tal forma que un sismómetro cercano al CenturyLink Field registraran el ‘Beast Quake’ o ‘temblor de la bestia’.

    La Red Sísmica del Noreste del Pacífico, registró a las 16:43 horas de ese día un temblor de magnitud 2.0 en la escala de Richter, justo después de la anotación de Lynch, lo que selló la eliminación de los New Orleans Saints.

    Considerada una afición ruidosa, es también muy sensible, pues en el caso del Sounders FC, su barra de animación principal, ‘Iron Front’, hizo saber de su descontento y abandonó al equipo en pleno partido, pues la seguridad del estadio los obligó a bajar las banderas que ondeaban en la tribuna.

    Aunque los locales ganaron el encuentro, a partir de la salida de ese grupo de animadores, el partido se desarrolló prácticamente en silencio.


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