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    ¡Histórico! Oribe Peralta, primer jugador en disputar nueve finales

    El delantero de las Águilas del América supera a Gabriel Caballero, Damián Álvarez, Carlos Adrián Morales y Sinha.

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    Por:
    TUDN
    Publicado el 14 dic 18 - 11:20 PM CST. Actualizado el 14 dic 18 - 11:58 PM CST.


    Video Escalofriante lesión de Mateus... Uribe se fue entre lágrimas
    El colombiano cayó muy mal y se dobló de fea forma la rodilla y el tobillo izquierdo por lo que tuvo que dejar su lugar a Oribe Peralta.
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    1:57 mins

    Oribe Peralta, delantero del América con su participación en el partido de ida ante Cruz Azul logró superar a Gabriel Caballero, Damián Álvarez, Carlos Morales y Sinha para convertirse en el jugador con más Finales disputados en la historia del fútbol mexicano: 9 en total.

    Con el América, disputó su tercera final. Fue campeón en el Apertura 2014 y subcampeón en el Apertura 2016 ante Tigres.

    En el Santos jugó cuatro Finales, quedando subcampeón en ante Toluca en el Bicentenario 2010 y ante Tigres en el Apertura 2011, pudiendo c oronarse en el Clausura 2008 ante Cruz Azul y frente a Monterrey en 2012.

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    Vistiendo la playera de Rayados perdió sus dos primera finales en el Apertura 2004 ante Pumas y en el Apertura 2005 con Toluca.

    Se quedaron en 8 finales

    Con 8 Finales se quedan Damián Álvarez: cinco de Tigres, dos con Pachuca y una con Morelia; Gabriel Caballero: siete con los Tuzos y una con Santos; Carlos Adrián Morales: tres con Morelia, una con Pachuca, una con Toluca y tres con los laguneros; Sinha participó en siete con Toluca y una con Querétaro.

    Además, Oribe Peralta cumplió 500 partidos en Primera División con los minutos que tuvo en este mismo partido de ida de la Gran Final.

    No hay una mejor imagen para describir la intensidad con la que se jugó la Ida de la Final de la Liga MX entre América y Cruz Azul la noche del jueves en el Estadio Azteca.
    Una gran cantidad de aficionados americanistas acudió al llamado para asistir y apoyar a suss Águilas en la lucha por el título, en el primer capítulo.
    Aprovechando que jugaron como el local, en el papel, hicieron sentir su presencia los seguidores del equipo de Miguel Herrera.
    Pero una de las características del partido no fue su fluidez sino la rudeza, la rispidez con la que se jugó. Esa intensidad y agria rivalidad fue el sello de este partido.
    No hubo llegadas por racimos y mucho menos con claridad, fue una noche no tan activa para los porteros mas sí de momentos de sudar tinta china.
    Cada rincón del campo era cubierto por algún jugador y con el balón disputado de por medio, ninguno de los dos equipos bajó la guardia.
    Ya fuera por arriba o por abajo, no se dieron respiro, al más puro estilo de una pelea de boxeo que se va a la decisión tras 12 arduos, cerrados y complejos asaltos.
    Iván Marcone, un recuperador de balón espectacular y eficiente, aquí dando el sello al juego con su cualidad primaria: meter fuerte la pierna.
    Otro de los aspectos a analizar es que Roger Martínez salió lastimado del partido, en un 
<i>sprint</i> el colombiano se frenó en seco y no pudo seguir.
    El colombiano se resintió de la parte trasera del muslo y no pudo correr más. De inmediato pidió su cambio.
    Y en un choque con Igor Lichnovsky, Mateus Uribe sale lastimado y no pudo continuar. También el otro jugador colombiano está en duda para la Vuelta en domingo.
    Y lo abominable, lo nefasto. La gente no sabe controlar sus pasiones. Claro, no todos los aficionados pierden la cabeza y hacen tonterías en las gradas.
    Y aquí, como se puede apreciar, doblemente triste, entre aficionados del mismo equipo la trifulca.
    La esperanza es que haya juegos de alta trascendencia y rivalidad y que no ocurran más estas imágenes. Es vergonzoso.
    Ciudad de México, 13 de diciembre de 2018. , durante el partido de ida de la Final del torneo Apertura 2018 de la Liga Bancomer MX, entre las Aguilas del América y la Máquina Celeste del Cruz Azul, celebrado en el estadio Azteca. Foto: Imago7/Marcos Domínguez
    Y en el terreno de juego el nivel de intensidad no decreció pese a que no se generó fútbol de calidad más sí de esfuerzo y trajín.
    La más clara del partido fue para Édgar Méndez quien en un mano a mano con Agustín Marchesín estrelló su disparo al poste, al larguero para ser precisos, y el gol fue esquivo.
    Otra de las postales que tuvo la Final y que se enmarcan como sello. La fortaleza física de ambos equipos fue puesta a prueba.
    Se espera una Vuelta igual o más intensa, pues luego de una Ida donde no se definió nada, el domingo saldrán armados hasta los dientes ambos equipos.
    Esperamos que la calentura con la que acabó el partido se traslade el domingo a un partido intenso dentro del campo y, sea quien sea el que levante el trofeo, se dignifique el espectáculo.

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    Imagen Getty Images
    No hay una mejor imagen para describir la intensidad con la que se jugó la Ida de la Final de la Liga MX entre América y Cruz Azul la noche del jueves en el Estadio Azteca.
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