Super Bowl

    Callando bocas: los problemas a los que se sobrepusieron los Patriots para llegar al SB LIII

    New England confirmó su grandeza y va por su sexto título a pesar de una temporada sumamente turbulenta.

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    Por:
    Alan Ilitzky Rabinovitz.

    Ver a los Patriots en un Super Bowl ya es cosa ordinaria. Pero el que hayan avanzado esta temporada merece elogios, sobre todo por el sin fin de obstáculos a los que debieron sobreponerse para intentar ganar su sexto trofeo Vince Lombradi.

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    A pesar de ser la dinastía más longeva en la historia de la NFL, a New England jamás se le consideró como favorito esta temporada. Ese juicio es argumentado por los siguientes problemas que hacían suponer el fin de la era Brady-Belichick.

    ¿DIFERENCIAS EN EL PARAÍSO?

    La temporada regular todavía no iniciaba y ya se hablaba de una relación dañada entre el dueño Robert Kraft y el head coach Bill Belichick.

    Diversos reportes afirmaban que el desencanto surgió debido a que Belichick se oponía a canjear a Jimmy Garoppolo ya que lo veía como el futuro de la franquicia. Kraft intervino, y en un acto de solidaridad con Brady, forzó el trade del QB suplente a los San Francisco 49ers.

    También hubo roces entre Belichick y el cinco veces campeón de la NFL luego de que el HC vetó de las instalaciones a Alex Guerrero, amigo y entrenador especial de Brady.

    SIN EL TARGET PREDILECTO DE BRADY

    New England tuvo que jugar el primer cuarto de la temporada sin uno de sus mejores jugadores. Y es que el receptor Julian Edelman fue suspendido por la NFL.

    El héroe del Super Bowl LI recibió la sanción por haber violado la política de sustancias prohibidas de la Liga. Eso aunado a que Edelman se perdió todo el 2017 al sufrir una rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla durante la pretemporada.

    DERROTAS ENCIENDEN LAS ALARMAS

    Los Patriots rara vez pierden un partido, menos dos consecutivos. Aunque parezca difícil de comprender, New England tuvo un inicio de temporada sumamente turbulento.

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    Tras vencer a los Texans en la semana inaugural, los Patriotas hilaron dos descalabros ante los Jacksonville Jaguars y Detroit Lions, respectivamente.

    New England no sufría dos derrotas seguidas desde la temporada 2015. Posteriormente ganaron sus siguientes seis partidos antes de caer de nueva cuenta, ahora ante los Titans.

    Sin embargo, volvió a suceder lo inimaginable. En las Semana 14 perdieron de manera incrédula ante los Dolphins en la última jugada del partido y un fin de semana después cayeron ante los Steelers.

    Lo anterior solamente había ocurrido una vez desde que la dinastía de los Patriots se creó en 2011. ¿Crisis en New England?

    FALLIDO EXPERIMENTO CON JOSH GORDON

    La ausencia de Edelman y el declive de Gronkowski obligaron a los Patriots a reforzarse con un playmaker. Por ende, canjearon por el receptor Josh Gordon a pesar de su alarmante historial.

    Suspendido en más de una ocasión e internado por problemas de adicción a las drogas, parecía que Gordon había dejado sus problemas en el pasado.

    Su impacto fue inmediato y rejuveneció la ofensiva de New England, pero desafortunadamente para él y para la franquicia, volvió a recaer.

    A dos semanas del final de la temporada, Gordon anunció que se iba alejar de la NFL para tartar sus problemas mentales. Incluso, se anticipó a la suspensión que le impuso la NFL por volver a infringir en el reglamento.

    PERCEPCIÓN DEL ENTORNO: "ESTÁN ACABADOS"

    Los obstáculos anteriormente mencionados, además de una supuesta baja de nivel de Tom Brady, quien aparentemente no era el mismo de antes, hicieron que toda la NFL subestimara a los Patriots.

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    Analistas, medios de comunicación y aficionados hablaban del fin de una era, lo que simplemente motivó aún más al equipo más ganador de las últimas décadas.

    A pesar de los problemas internos, suspensiones, lesiones y de no contar con el mejor de los rosters, los Patriots ganaron la División Este por décima temporada consecutiva y finalizaron como el segundo sembrado de la AFC.

    Luego de derrotar a los Chargers de Los Angeles en la Ronda Divisional, Brady envío un mensaje contundente a todos los escépticos: " Sé que todos piensan que apestamos y que no podemos ganar ningún juego. Así que ya veremos. Será divertido."

    Brady estaba en lo correcto. Comandando una serie ofensiva de antología en Tiempo Extra, el futuro miembro del Salón de la Fama y los Pats vencieron a los Kansas City Chiefs para sellar su boleto al Super Bowl LII, en el que se medirán ante los Rams de Los Angeles.

    Su temporada no fue extraordinaria como han acostumbrado, tuvieron más problemas de lo presupuestado, pero los New England Patriots están más hambrientos que nunca y el 3 de febrero podrán seguir callando bocas y convertirse en la franquicia más ganadora de la historia.


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