No es el más ganador en la historia, pero probablemente sí hablamos de la más grande leyenda que haya corrido en la Fórmula 1.
Ayrton Senna: el legado detrás de la tragedia más grande de la Fórmula 1
Ayrton Senna falleció el 1 de mayo de 1994, hace 25 años, y con el paso del tiempo su leyenda y legado ha crecido entre aficionados y pilotos de la Fórmula 1.
Ayrton Senna da Silva ganó tres títulos mundiales con demostraciones de velocidad y destreza al volante que marcaron a una generación. No es nada errado decir que fue el piloto del pueblo, un tipo que no temía decir nada, que denunció tanto como ganó y que fue incómodo para los mandamases del automovilismo al tiempo que popularizó un deporte de las élites y lo llevó a la gente.
Un desafortunado despiste en el circuito de Imola el 1 de mayo de 1994 acabó con el piloto en el fin de semana más trágico en la historia de la F1, con dos decesos. El de Senna, en plena carrera, aplastó al pueblo brasileño que lo despidió con un funeral de Estado en su natal Sao Paulo con medio millón de asistentes.
Un pueblo que lo quiso tanto como a su selección de fútbol y que lo respetó más que a su presidente, no solo por sus victorias, sino también por el espíritu combativo que tuvo dentro y fuera de la pista. No habría sorprendido a nadie ver un día una estatua de Senna del tamaño y a la altura del Cristo del Corcovado.
Un pueblo que se veía identificado en él y a su máximo rival y hasta coequipero por un par de años, Alain Prost, a la representación de la oligarquía, en una narrativa que catapultó la popularidad de la F1 para siempre.
El verdadero Senna y su 'pique' con Alain Prost
"Él necesitaba más. Él quería emoción. Él quería movimiento, Él quería sentir. Él se desafiaba a sí mismo. No era contra los otros, era contra él mismo", lo describió Neyde Senna, su madre, quien también reveló que si bien combativo, su hijo tenía detalles de dulzura en lo privado. "Era tierno, era dócil. Él recordaba detalles para nosotros. Tomaba una flor y me la traía, sin que nadie le hablara nada. Él era tan tierno, muy tierno con la gente".
Desde el 1 de mayo de 1994 nada ha sido igual en Brasil, una tristeza tan grande que solo pudo ser lavada dos meses y medio después precisamente cuando el 'Scratch du Oro' ganó el cuarto título mundial que, en su contexto, también buscaba Senna. Bajo el inclemente sol de Los Angeles y tras una tremenda batalla ante Italia, los futbolistas desplegaron una pancarta memorable que decía " Senna... Aceleramos juntos, ¡el tetra es nuestro!".
Senna falleció con 35 años de edad y durante su primera temporada con la escudería Williams tras seis años con McLaren, el equipo donde terminó por sellar su rivalidad con Prost.
"Dejamos huella. Pasamos de un mundo de especialistas de la F1 a un mundo totalmente abierto", declaró Prost a la agencia AFP en una entrevista divulgada ayer. "Esta rivalidad fue increíble, pero estaba también ligada a toda la escena y, desgraciadamente, la muerte de Ayrton la dejó congelada. En realidad, yo sólo corrí dos años con él en el mismo equipo (McLaren) y cuatro o cinco en total. Hice muchas cosas, gané muchas carreras y campeonatos sin él, pero nuestra historia está completamente ligada. No hay un momento en el que, si hablas de Prost, no se mencione a Senna y viceversa. No sólo mi carrera sino también mi vida están ligadas a él. Vivo con ello desde hace una treintena de años."
Senna fue campeón en 1988, 1990 y 1991. Prost, en 1985, 1986, 1989 y 1993. El galo era el rey al que Senna quiso derrocar y la peculiar rivalidad entre coequiperos en 1988 y 1989 terminó de manera salomónica, con un título por lado.
Al retiro de Prost, cuatro veces campeón mundial, en 1993, los rivales se hicieron amigos, como si ese accidente entre ellos en la largada del Gran Premio de Japón de 1989, que sacó al brasileño de la pelea por el título, no hubiera pasado. El francés es parte de la Fundación Senna y mantiene contacto con la familia del brasileño.
"Hay un antes y un después. En términos de seguridad, ya había un pequeño paso al frente. Es duro decirlo, porque hubo un accidente mortal de Roland Ratzenberger el sábado (en el GP de San Marino) y otro accidente de Rubens Barrichello el viernes, pero sin el accidente de Ayrton el domingo no habrían existido grandes cambios. El accidente de Ayrton puso las cosas patas arriba en materia de seguridad por el bien de los pilotos", agregó Prost.
El accidente
Senna tuvo un inicio difícil de temporada en 1994. Ganó las primeras tres pole positions, pero en las dos carreras previas, en Brasil y en el Gran Premio del Pacífico (celebrado en Japón), se retiró por accidentes y las victorias se la llevó Michael Schumacher, quien entonces tenía 25 años de edad.
La ronda de calificación de San Marino fue trágica también. Ahí perdió la vida el novato austriaco Ronald Ratzenberger tras golpear su coche en la curva "Villeneuve". No hubo decesos en ningún fin de semana de carrera en la F1 desde el Gran Premio de Canadá 1982. Hasta ese día, el 30 de abril de 1994.
Senna lloró en el hombro del jefe del equipo médico de la Fórmula 1, Sid Watkins, al saber del deceso de Ratzenberger. El médico, según cuenta, trató de convencer al piloto de no tomar la salida al día siguiente.
Tras la largada en la carrera, un accidente entre J.J. Lehto y Pedro Lamy provocó la salida del coche de seguridad. Senna iba primero, seguido por Schumacher, quien entonces competía para la escudería Benetton. En la quinta vuelta, el brasileño perdió el control de su Williams, que se estrelló en la barrera de la curva "Tamburello". Desaceleró desde los 306 kilómetros por hora, pero el impacto se dio a 211.
La competencia se detuvo por completo. Los bólidos volvieron a los boxes. El volante de Larrousse, Érik Comas, no vio las banderas rojas, dio una vuelta a velocidad de carrera y tuvo que evadir al personal que atendía el accidente. Una vez en pits, el francés no volvió a salir a la pista para la reanudación.
El vehículo de Senna perdió toda la parte frontal. El piloto fue sacado de él y trasladado a un hospital en Bolonia, Italia, en helicóptero. Pasaron 37 minutos desde el accidente para que la carrera fuera reanudada.
Schumacher mantuvo su invicto y ganó la tercera carrera de la temporada, seguido de Nicola Larini y Mikka Hakkinen. No hubo el tradicional festejo con champagne, pero no por Senna, sino en honor a Ratzenberger. En ese momento no se había hecho público el destino del piloto de Williams.
Fue hasta las 6:40 PM locales, más de dos horas después del final de la carrera, que se anunció que había fallecido. La autopsia reveló que un pedazo de la suspensión del coche perforó su casco y cráneo, por lo que se determinó que se trató de una muerte instantánea.
Ese año, Schumacher ganó el primero de sus siete títulos de la Fórmula 1 con ocho victorias de las 16 carreras de la temporada. El alemán fue quien estaba detrás de Senna al momento del despiste y, probablemente, fue el único piloto que vio el accidente en el momento que ocurrió.
El legado
No ganó los siete títulos de Michael Schumacher, ni los cinco de Juan Manuel Fangio y Lewis Hamilton, ni siquiera los cuatro de Alain Prost y Sebastian Vettel, pero el legado de Senna fue más palpable que la historia.
Las muertes de Senna y Ratzenberger provocaron cambios sustanciales en la seguridad de la Fórmula 1. Pasaron 20 años para que hubiera otro desenlace fatal, el de Jules Bianchi, quien murió en julio de 2015 por el accidente que sufrió en el Gran Premio de Japón del año anterior.
Desde entonces, la Federación Internacional del Automovilismo (FIA) revisa exhaustivamente, curva por curva, cada circuito que alberga carreras, tanto para ser avalados como pistas de F1 como para que la competencia se realice.
Se implementaron 10 medidas de seguridad a causa de lo ocurrido en San Marino en 1994:
- Revisión obligatoria de los circuitos, con zonas de seguridad, vías de frenada y chicanas.
- El director de carrera y los comisarios deben revisar con absoluto detalle cada circuito antes de cada gran premio. La más pequeña falla evitaría que no se realice.
- Prohibición de muros de hormigón en los circuitos, material de aquellos en los que chocaron Ratzenberger y Senna.
- Delimitación de funciones según cada zona del circuito, como la reducción de velocidad al pasar por el pit lane y que los mecánicos solo pueden estar fuera del garage para realizar maniobras.
- Debe haber un helicóptero en cada circuito para apoyar el rápido traslado de un piloto accidentado. Aunque Senna sí fue transportado así hace 25 años, ese punto falló en el caso de Jules Bianchi.
- Protocolo oficial para que los pilotos puedan abandonar su monoplaza en menos de cinco segundos en caso de accidente.
- Los vehículos deben tener un asiento extraíble y barras de seguridad.
- Elevar la altura del chasis y reducir el tamaño de los difusores, así como barras laterales en el coche y en el casco del piloto.
- Más control de los crash test de pretemporada: realizar pruebas continuas en el choque frontal, lateral y trasero de los coches.
- El casco debe ser capaz de aguantar 55 toneladas de peso y debe tener el Sistema de Apoyo para la Cabeza y el Cuello (HANS, por sus siglas en inglés).
Nunca lo sabremos con exactitud, pero estas medidas seguramente han salvado vidas de pilotos desde entonces. La seguridad se convirtió en la más alta prioridad de la F1.
Los más constantes reclamos de Senna a la FIA fueron precisamente en torno a esa materia. Seguramente estaría satisfecho.