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    A Christian Villanueva le bastó una semana para que empezaran a llegar los triunfos

    El oriundo de Guadalajara necesitó menos de cincuenta turnos en Grandes Ligas para inscribir su nombre en la historia del béisbol mexicano con sus tres jonrones en un juego.

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    Por:
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    Fue ovacionado por todo el estadio en el famoso "curtain call".

    Imagen Getty Images
    Fue ovacionado por todo el estadio en el famoso "curtain call".

    Por Marcos Grunfeld.

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    La ciudad de Guadalajara no tiene una amplia tradición en béisbol, aunque hace casi un lustro, refundaron a los Charros de Jalisco, equipo que ha tenido varias etapas en la Liga Mexicana de Béisbol y en la Liga Mexicana del Pacífico.

    Pese a contar con un equipo invernal, la ciudad azteca solo ha producido cuatro de los más de 120 peloteros mexicanos que han llegado al mejor nivel de esta disciplina, pues la ciudad vive su pasión por el fútbol, como suele ocurrir en gran parte del país.

    “Mi padre fue quien me inculcó el deporte”, recuerda Christian Villanueva en una entrevista con Univisión Deportes. “Él viajaba mucho a Sinaloa y jugaba béisbol, pero a nivel amateur. Mi comienzo fue muy extraño porque encontramos un circuito de ligas pequeñas y di un jonrón el primer día que llegué”.

    Allí comenzó su amor por el deporte, el cual después se fue incrementando mientras veía los partidos de Grandes Ligas por televisión.

    Su talento también fue creciendo, paralelamente, y los allegados al béisbol mexicano lo detectaron apenas pisó un campo por primera vez. A menos de una semana de su primer cuadrangular recibió una invitación a unas olimpíadas nacionales.

    “Yo no tenía idea qué era eso”, sonrió al otro lado del teléfono. “Después de ese certamen, siguieron muchos, hasta que en 2005 me reclutaron los Tigres de Quintana Roo y tres años después viajé a un mundial, en Canadá, en donde los Rangers de Texas mostraron mucho interés en mí”.

    El elenco tejano le extendió un contrato a Villanueva en agosto de 2008, con la intención de que fuera el tercera base de su futuro, pero en 2011 adquirieron a Adrián Beltré y eso le cerró el camino al mexicano, quien fue cambiado a los Cachorros de Chicago por Ryan Dempster.

    “Ellos hablaron conmigo para decirme que el cambio a los Cachorros era lo mejor”, expuso el antesalista. “Porque allí tendría más oportunidades”.

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    Pero los oseznos tuvieron la segunda selección del draft colegial en 2013, y allí tomaron a Kris Bryant, quien también le cerró el caminó a Villanueva en su nueva organización.

    “Eso es lo que le agradezco a San Diego”, contó. “Aquí me abrieron las puertas”.
    Y tanto ha sido así que no necesitó ni cincuenta turnos con el bate para demostrar que aquellos que lo vieron desde niño, tenían razón con respecto a su talento.

    Apenas transcurría su segundo juego de este año cuando sacudió tres bambinazos en un partido, una hazaña que solo habían logrado Bobby Ávila, Erubiel Durazo, Vinny Castilla y Adrián González, entre sus compatriotas.

    “Yo presentí que ese día algo especial iba a ocurrir”, admitió. “Desde que me levanté estaba feliz, porque estaba compartiendo con mi hijo y mi novia. Al llegar al estadio conversé con José Pirela y le dije que pegaría tres jonrones”.

    Lo demás fue historia.

    “Al conectar el primer vuelacercas, Pirela me animó para buscar el segundo”, recordó. “ Cuando pegué el tercero pueden ver en el video que él se me acercó y me abrazó. Fue una noche inolvidable. Estoy contento porque fue la primera victoria de los Padres de San Diego en el año”.

    Y ahora aquel muchacho de Guadalajara comparte una hazaña con uno de sus ídolos, Vinny Castilla, de los grandes precursores del béisbol en su país, quien lo motivó a seguir en esta profesión, pese a no ser algo recurrente en su ciudad natal.


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