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    La Cruda Realidad | Miguel Herrera debe ser el técnico de la Selección Mexicana

    El 'Piojo' es el entrenador que, sin contar con un gran palmarés, los aficionados, los medios y la Federación Mexicana de Futbol necesitan.

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    Por:
    Mauricio Cabrera.
    Publicado el 19 mar 18 - 10:34 AM CST. Actualizado el 22 mar 18 - 02:54 PM CST.

    Action Photo during the match America vs Toluca corresponding to the 12 week of Liga Bancomer BBVA Closing Tournament 2018 at Azteca Stadium. Foto de accion durante el partido America vs Toluca correspondiente a la jornada 12 de la Liga Bancomer BBVA Torneo Clausura 2018 en el Estadio azteca. En la Foto: Miguel Herrera. 17/03/18/MEXSPORT/Victor Leon

    Imagen Mexsport
    Action Photo during the match America vs Toluca corresponding to the 12 week of Liga Bancomer BBVA Closing Tournament 2018 at Azteca Stadium. Foto de accion durante el partido America vs Toluca correspondiente a la jornada 12 de la Liga Bancomer BBVA Torneo Clausura 2018 en el Estadio azteca. En la Foto: Miguel Herrera. 17/03/18/MEXSPORT/Victor Leon

    Miguel Herrera es el técnico que México merece. Lo anticipan los rumores. Lo dicen las encuestas. Lo promueven los medios. Y lo comprueban los actos. Es lo que quiere la afición. Lo que necesitan los directivos para vender. Lo que un país lleno de emociones requiere para sentirse pleno como sustituto de los buenos resultados. Es la alternativa hecha y derecha para que las pláticas en torno a la Selección no tengan fecha de caducidad tan próxima como las Fechas FIFA.

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    Es también el reflejo de la ideología nacional. Si entre cada ciclo mundialista se da siempre el mismo resultado en términos deportivos, Herrera sigue siendo exactamente el mismo que hace cuatro años. Grita, empuja y patalea. Es un mal perdedor hoy como lo era en el 2014. Si antes lo echaron por golpear a Martinoli, su posible regreso podría acabar exactamente con el mismo desenlace. Porque él no ha cambiado, pero tampoco nosotros. Como críticos, como aficionados, como directivos y como periodistas. Nos gusta más el incendio que la calma. Los huevos que los argumentos. Y entonces Herrera y el medio futbolístico hacen match. Son tal para cual.

    La Federación se ha engañado con Juan Carlos Osorio. El futbol mexicano extraña la adrenalina del conflicto. La industria lo necesita para que el negocio siga fluyendo. No con sustos de infarto como en la eliminatoria pasada, pero sí con esa capacidad voluntaria e involuntaria para que el producto Selección Mexicana viva más allá de los momentos deportivos en que se le exige un resultado.

    Ante la tensión, todos actuamos igual. La pelea entre Herrera y Cristante no fue sino un flashback de lo que ya en su momento habíamos juzgado. Cada una de las partes reaccionó igual. Herrera encendido y al final un poco arrepentido. La afición divertida haciendo memes. Los medios haciendo polémica. Y todos, más de dientes para afuera que con verdadera convicción, pidiéndole a Miguel que sea un buen perdedor. Como si a estas alturas no supiéramos que lo que nos gusta y vende de él es que sea exactamente así.

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    Guillermo del Toro ha explicado que la creatividad de sus películas viene de la fantasía adquirida como método de supervivencia para lidiar con los obstáculos que trae consigo ser mexicano. Su motor es también el nuestro. Nos gusta la fantasía. Antes a través de telenovelas que al final mostraban un final feliz, pero aún ahora, cuando vemos magia en un técnico que no ha ganado más que un título de liga y una Copa Oro en dieciséis años de carrera.

    Si vemos a Herrera como el técnico ideal para la Selección, no es porque pensemos que al final llegaremos a ser Campeones del Mundo, y quizás ni siquiera porque estemos convencidos de que con él alcanzaríamos el quinto partido, sino porque al menos así garantizaríamos diversión en el camino.

    Si pretendemos que las emociones sigan rigiendo nuestro análisis futbolero, entonces dejemos libre a Herrera. Es incuestionable que disfruta lo que hace, que lo siente, y eso vale mucho en medio de profesionales que parecieran necesitar afrodisiacos para volver a emocionarse. En cambio, si pretendemos evolucionar, dejemos de encender polémicas sin verdades para cambiar el discurso, analizar los modelos de juego, los parados tácticos y hasta para cuestionar la ideología con la que nos movemos.

    Si Herrera volviera a la Selección, no por fuerza estará bien o mal, pero estemos conscientes de que sí representaría una forma de reconocer que para nosotros el resultado es secundario, que lo que queremos es divertirnos en el camino. Y para eso, Herrera es un técnico de huevos.

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    Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Deportes.


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