Continúa la polémica de Conor McGregor con su sparring rebelde
La figura del sparring es probablemente la más importante en el proceso que un boxeador tiene de cara a la preparación de una pelea.
Suelen ser púgiles en activo o retirados que tienen peculiaridades parecidas al rival al que se enfrentarán. Si es zurdo, buscas sparring zurdo; si tiene un uppercut descomunal, buscas a uno que pegue parecido; si es más alto que tú, buscas uno con la altura de tu rival.
Para la preparación de Conor McGregor, quien nunca ha boxeado de manera profesional, los sparrings eran y son la clave de su preparación previo a su pelea con Floyd Mayweather. Por eso escogieron a Paul Malignaggi, curtido en mil batallas, hábil y muy fuerte en el golpeo.
McGregor es un adicto a las redes sociales. Sabe que el marketing desarrollado allí le garantiza al menos unos cientos de miles de dólares al año.
Pero la foto en la que dijo haber noqueado a Malignaggi provocó la ira de éste y abandonó los entrenos.
Ayer se vieron las caras a escasos días de la pelea y siguen a la gresca. Si ambos se tumbaron en un agresivo entrenamiento es algo que le habrá venido muy bien a McGregor para preparase al infierno en el que se va a meter.
Y la recomendación que Malignaggi le gritó no es del todo mala, "trae tus pelotas…". Las va a necesitar.