Los motivos por los que América empata más de lo que gana

Por Rubén Ramos

Storytelling Club | Juanfutbol.com

Mucho se había hablado del invicto del América. Muchos ya celebraban que impondrían un nuevo récord de partidos en esa condición. Sin embargo, se les apareció el 'Diablo' para ganarles por primera vez en todo el 2018 y derrumbar esa marca que buscaban. Llama la atención que, con tantos juegos sin perder, los del ‘Piojo’ ahora se encuentren a cinco puntos del líder. Empatan mucho, por eso su suma de unidades ha dejado mucho que desear.

GOLEADOR EN LA BANCA

Desde que Henry Martín dejó de ser titular, aparecieron tantos empates. Siete puntos le dieron sus goles a las Águilas. Es el único de los refuerzos al ataque que de verdad ha rendido. En la Liga de Campeones de la Concacaf demostró que puede ser ese killer que les dé las victorias

MAL MOMENTO DE SUS DELANTEROS

Que Mateus Uribe, Guido Rodríguez y Agustín Marchesín sean los más regulares, es reflejo de lo que pasa. Cecilio ha dejado de brillar como al principio del torneo, a veces hace una de más para anular alguna opción buena de gol. Oribe también se mantiene en su nivel, aunque de cara a la portería no ha estado tan fino como esperaríamos. Bruno Valdez lleva más goles que Ménez, Renato Ibarra y 'Cecigol'. La falta de contundencia es su dolor de cabeza.

ALGUNOS REFUERZOS DE GAFAS OSCURAS

Esto no aplica para Aguilera, tampoco para Henry Martín. De los demás refuerzos esperábamos más por la forma en que nos los vendieron, sobre todo de Ménez y de Ibargüen. Nada más no han marcado alguna diferencia. Al francés todavía le cuesta mucho en la cancha, en especial lo físico. Al colombiano casi no se le ha visto nada.

A VECES SE VEN SOBRADOS

En ocasiones parece que juegan así. Como ejemplo tenemos los primeros minutos del Clásico. El gol de Chivas los aterrizó e hizo que se pusieran a jugar de verdad. En el segundo tiempo lo pudieron ganar si lo hubieran querido. Contra Pachuca, Pumas y Veracruz fue exactamente lo mismo.

MÁS PREOCUPADOS POR EL ÁRBITRO

Como un reflejo de lo que es su entrenador, le reclaman mucho al árbitro. Marchesín se la pasa con gritos, Cecilio está más preocupado por engañar al silbante con alguna falta. Seguramente esas energías perdidas, las podrían aplicar para sentenciar a los equipos rivales.