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    Así fue como Antonio Conte destruyó su propia creación en el Chelsea

    El entrenador italiano fue revelación mundial cuando sacó campeón al Chelsea en su primera temporada en el equipo. Pero ahora, a menos de un año de su hazaña, los problemas y malos resultados lo tienen al borde de ser cesado.

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    Por:
    TUDN

    La imagen de complicidad entre Lionel Messi y Antonio Conte, DT del Chelsea, luego de la clasificación del Barcelona a cuartos de final de Champions League dejó una molestia en el equipo inglés.
    Una vez terminado el partido en el que Barcelona se impuso 3-0 sobre Chelsea, Conte fue a la cancha a felicitar a Lionel Messi.
    Antes, el italiano había saludado al jugador pero con una actitud mucho más neutral.
    Sin embargo, la complicidad de Conte para esta ocasión se hizo mucho más notoria.
    Mientras sus jugadores estaban tristes por la eliminación de Champions League, el técnico de Chelsea se veía sonriente con el crack argentino.
    Pero Conte no fue el único que elogió a Lionel Messi, que tuvo al Camp Nou rendido a sus pies en la jornada.
    Un elogio gigante desde las tribunas fue el previo de lo que sería una actuación brillante.
    Fueron dos goles y un pase gol que hicieron a Lionel Messi el más destacado del partido.
    Como un rey en su fortaleza, Messi fue imparable y tuvo una nueva actuación memorable.
    El atacante rozó con la perfección con Barcelona en el triunfo contra Chelsea.
    Antonio Conte estuvo impotente frente a un Messi que rompió con todos los esquemas del equipo inglés.
    Por eso, el saludo afectuoso y lleno de complicidad fue la expresión de reconocimiento, algo que incluso aceptó en rueda de prensa después.
    Sin embargo, ese gesto no fue bien recibido entre los jugadores del Chelsea, con quienes de por si la relación es distante.
    Se sabe que Conte anunció que saldrá del equipo azul al final de la temporada.
    Antonio Conte y su cordial y afectuso saludo a Messi dejaron al técnico italiano en una situación incómoda, en un tema poco común entre los jugadores y sus dirigidos.

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    Imagen Getty Images
    La imagen de complicidad entre Lionel Messi y Antonio Conte, DT del Chelsea, luego de la clasificación del Barcelona a cuartos de final de Champions League dejó una molestia en el equipo inglés.

    Por Chris Angeles

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    Storytelling Club | Juanfutbol.com

    Antonio Conte llegó al Chelsea en abril del 2016, firmó por tres años con los Blues y en esa misma temporada hizo campeón al equipo londinense. Igualó el récord de 13 victorias consecutivas en la Premier y se convirtió en el primer técnico en ganar tres veces consecutivas el premio a Entrenador del Mes. Vaya, las cosas le salían perfectas.

    Sin embargo, ahora su equipo firmó una eliminación sencilla por parte del Barcelona. Dieron batalla en Stamford Bridge, pero no se vieron nunca en el Camp Nou. Hace unos meses, Conte declaró que contra los culés lo importante es jugarles al 120 por ciento. Eso sí, recalcó que su prioridad era la Premier. Se equivocó feo porque ahora ni una ni la otra. En la liga son quintos, a 25 puntos del City.



    Un año bastó para que todo lo logrado se fuera por la borda. La derrota contra el Bournemouth como local o la paliza que le dio el Watford en su casa demuestran el mal momento de los chavos del entrenador italiano. Esto se le suma que Arsenal los echó de la EFL Cup. Un año desastroso. Da la impresión de que el vestuario está roto.


    El jefazo Abramovich no se ha dejado influenciar por la opinión de los jugadores. De todos es sabido que la relación del DT con los futbolistas no es la mejor. Sus discusiones con Fábregas, Cahill, David Luiz y Costa, que ya no está en el club y no le perdona nada, se hicieron públicas. A los jugadores no les gusta la manera que tiene de dirigirse hacia ellos, como tampoco les agradan las sesiones de entrenamiento extremas.


    Quizá de lo único que se podría quejar Conte es que su influencia a la hora de fichar no es tomada en cuenta. El asunto es que tiene un equipo que puede pelear todas las competencias que le pongan. Pero no ha podido hacerle frente a los compromisos del equipo. El único culpable es él.

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