Pittsburgh Steelers

    El momento que marcó a la franquicia: Steelers nacieron de la Inmaculada recepción

    El Playoffs contra los Raiders en 1972 resultó crucial en el futuro de Pittsburgh.

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    Por:
    TUDN


    Imagen (AP-NFL)

    Por: Jorge Pinzón Anaya

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    Muchas de las grandes hazañas del deporte son resultado de trabajo duro, talento natural y auténticos chispazos de suerte que solo el destino los tiene en su plan maestro.

    Una lesión de Bob Griese le abrió el camino a Earl Morrall quien encabezó a Miami Dolphins la mayor parte del camino en la temporada invicta de 1972; la dramática derrota en el Super Bowl V le abrió los ojos al coach Tom Landry de los Cowboys, para darle oportunidad a un tal Roger Staubach de pelear por el puesto titular; un pase casi desesperado de Joe Montana a Dwight Clark en el Campeonato de la Conferencia Nacional de 1981 se convirtió en la jugada icónica en la década de los ochenta y marcó el inicio de la dinastía creada por San Francisco 49ers; una lesión de Trent Green le abrió el camino a Kurt Warner quien escribió la más grande historia Cenicienta en la NFL luego de coronarse con los Rams; otra lesión, la de Drew Bledsoe, hizo que apareciera en el mapa el nombre Tom Brady, quien posteriormente estuvo involucrado en una jugada polémica de pase incompleto o balón suelto ante Oakland en los Playoffs, el destino o la fortuna quisieron que fuera pase incompleto que mantuvo vivos a los Patriots rumbo a la creación de una dinastía.

    Hay muchos ejemplos de sucesos que resultaron determinantes en la historia de jugadores o equipos. Uno de los más famosos, que sin duda fue crucial en lo que ocurrió con Pittsburgh Steelers en la década de los años setenta fue: La inmaculada recepción.

    CUATRO DÉCADAS PERDEDORAS

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    Desde su creación en 1933 la franquicia en Pittsburgh tuvo cambios de entrenadores, jugadores, ciudad sede, nombre y estadios. Lo único consistente: Derrotas.

    En 1969 la llegada del coach Chuck Noll no parecía algo fuera de lo normal, mucho menos cuando en ese año el equipo ganó un partido y perdió 13. En los siguientes dos años las cosas no cambiaron mucho en el registro de victorias y derrotas: 1970 marca de 5 – 9 y en 1971 de 6 – 8.

    En realidad las cosas sí estaban cambiando mucho para los Steelers en esa época. Mediante el Draft empezaron a construir una dinastía con jugadores emblemáticos como el liniero defensivo Joe Greene y el quarterback Terry Bradshaw. Los resultados positivos empezaron a darse a partir de 1972 cuando el equipo terminó con marca de 11 victorias y 3 derrotas, primera temporada ganadora de los Steelers desde 1963 cuando registraron 7 – 4 – 3 sin avanzar a Playoffs.

    Esa campaña regular de 1972 le dio esperanza a los aficionados de Pittsburgh que algo bueno estaba por ocurrir, por fin algo de que sonreír en la triste historia de derrotas que había durado 40 años.

    INMACULADA CONTROVERSIA

    Pittsburgh ganó la División Central de la Conferencia Americana, le tocó enfrentar en Playoffs a Oakland Raiders que se había llevado la División Oeste con marca de 10 – 3 – 1.

    Esa tarde del 23 de diciembre de 1972 en el helado Three Rivers Stadium en Pittsburgh, estaba por vivirse uno de los momentos más dramáticos en la historia del futbol americano profesional.

    Ambas escuadras contaban con tremendas defensivas que anularon cualquier amenaza de anotación en la primera mitad. Dos goles de campo de Roy Gerela le dieron ventaja a los Steelers 6 – 0 en el último cuarto. Sin embargo, los Raiders armaron una ofensiva que terminó con una de las más raras anotaciones del quarterback Ken Stabler en su carrera. El quarterback de Oakland se escapó 30 yardas para anotar el touchdown del 7 – 6 ventaja para Oakland.

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    Es aquí donde el caprichoso destino entró a jugar. Los Steelers con Terry Bradshaw al mando, buscaron una última oportunidad de conseguir puntos para ganar. Pero la meta estaba muy lejana y quedaba poco tiempo, exactamente 22 segundos de juego cuando Pittsburgh enfrentaba 4ª. oportunidad y 10 yardas por avanzar.

    El coach Noll mandó una jugada llamada “66 Circle Option”, se trataba de un pase de Bradshaw al novato receptor, Barry Pearson, sin embargo la presión de los linieros de los Raiders, Tony Cline y Horace Jones rompió la jugada, Bradshaw tuvo que salir de la bolsa de protección para lanzar un pase por el centro buscando al corredor John Fuqua quien realmente nunca tuvo oportunidad de atrapar el balón, por el contrario, el envío iba directo a las manos del profundo de los Raiders, Jack Tatum.

    Fuqua y Tatum buscaron el balón pero chocaron en el intento. Nunca se ha podido determinar quién tocó el ovoide, el caso es que rebotó y antes de tocar el piso (cosa que tampoco se ha podido comprobar completamente) el corredor Franco Harris lo atrapó, supuestamente “de aire”, encontró el camino libre para escaparse 42 yardas a partir de la recepción y anotar el touchdown de la victoria.

    Según el reglamento de la época, si el pase de Bradshaw lo hubiera tocado su compañero Fuqua, ya no podía ser atrapado por otro jugador del mismo equipo, se decretaba pase incompleto. Pero si el pase lo tocaba un jugador defensivo, en este caso Tatum, entonces un ofensivo podía atraparlo. También si el balón hubiera rebotado en Tatum y Fuqua, otro jugador podía hacer la recepción legalmente. El problema es que nunca las repeticiones de televisión o cine, incluso fotografías han mostrado claramente quién tocó el balón, Fuqua o Tatum.

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    Tampoco las repeticiones en televisión, cine o fotos han mostrado si Harris levantó el balón sin que el ovoide tocara el terreno de juego, de haber sido así entonces era pase incompleto, situación que hubiera cambiado la historia, no fue así y Pittsburgh se impuso.


    MOMENTO CLAVE PARA STEELERS

    La locura se apoderó del momento. Los aficionados invadieron el terreno de juego, se fusionaron con los jugadores de los Steelers en el festejo, mientras los Raiders no podían creer lo que ocurría.

    Tomó 15 minutos sacar a los aficionados del campo. Por fin ejecutaron el punto extra para el marcador final 13 – 7. Pittsburgh avanzaba al partido por el Campeonato de la Conferencia Americana. De haber sido decretado pase incompleto,

    La jugada fue bautizada con el nombre: La Inmaculada recepción. Idea de una mujer llamada Sharon Levosky quien vivía en Pittsburgh. Ella llamó a Myron Cope, cronista deportivo quien aceptó el apodo, basado en el término Inmaculada Concepción, un dogma de la iglesia católica. Cope usó la frase en su programa de televisión y quedó para siempre. Tres años después en 1975, Cope también jugó un papel definitivo en la creación de otro símbolo de los Steelers en los setenta, la famosa toalla terrible.

    La inmaculada recepción es un momento clave en la historia de los Steelers, fue su primera victoria en Playoffs en 40 años de derrotas. Si bien en ese 1972 terminaron perdiendo con Miami Dolphins el título de la AFC, quedó demostrado el impulso que tomaban rumbo a los campeonatos: 4 Super Bowls venían en el camino. Eran un equipo competitivo, con excelentes jugadores, un coach inteligente, de gran sabiduría en la selección de talento, todo eso acompañado por una gran dosis de buena fortuna, elemento que existe y juega su papel en las grandes hazañas del deporte.

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