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    Mariano Rivera: el pescador de Panamá y conquistador de Nueva York

    De familia de pescadores y a punto de ser cambiado tras su año de debut, Mariano Rivera tuvo la carrera más brillante en camino al Salón de la Fama.

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    Por:
    Ricardo Otero.


    Video La historia de Mariano Rivera, el pescador panameño que se convirtió en el lanzador de los Yankees
    Creció en una familia de pescadores en Panamá y, a los 20 años, un cazatalentos lo llevó al equipo de Nueva York. El ‘Switch off’ de las Grandes Ligas es el primer beisbolista en la historia de entrar al Salón de la Fama por votación unánime.
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    3:35 mins

    Cada vez que sonaba Enter Sandman, de Metallica, en Yankee Stadium, todos sabían lo que estaba por pasar: Mariano Rivera caminaba al montículo para sacar los últimos outs del partido y sellar la victoria de los Yankees.

    Una rutina que desde 1999 se repitió cientos de ocasiones. En total, 652 fueron las veces que Rivera, en patio propio y ajenos, cumplió con la misión. Un récord de las Grandes Ligas que luce difícil de romperse pronto.

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    Mariano Rivera nació en Puerto Caimito, Panamá, el 29 de noviembre 1969. Una población de pescadores. Su padre lanzaba redes de pesca para dar sustento a sus hijos y el segundo de ellos utilizó también el poder de sus brazos, pero para conquistar la "Roma moderna" -como llamó John Lennon a Nueva York- con el trabajo de casi dos décadas y para la eternidad.

    De 1995 a 2013 y con el emblemático número 42, que en su momento utilizó Jackie Robinson, el primer jugador de raza negra en las Grandes Ligas, Mariano Rivera se convirtió en el hombre más confiable de la novena más ganadora. Su primer año fue como abridor, con actuaciones nada espectaculares e incluso en su debut se tragó un 10-0 en contra de los Angels, en el que permitió cinco carreras.

    Mariano Rivera, junto a su número retirado por los Yankees.

    Imagen AP
    Mariano Rivera, junto a su número retirado por los Yankees.


    Pero como muchos deportistas, el futuro al que estaba llamado cuando joven no fue el que realmente le deparó el destino.

    Como la mayoría de los panameños era aficionado al fútbol y su modelo a seguir era Pelé. Combinó la práctica del balompié y la pelota caliente, para el que él y sus amigos usaban cartones de leche como guantes y ramas de árboles como bates, mientras que sus bolas eran en realidad redes de pesca pegadas con cinta. Fue hasta los 12 años que su padre le compró un guante real.

    Definir a Mariano Rivera y su trayectoria en el mejor béisbol del mundo en pocas palabras es una tarea complicada para un pelotero que revolucionó la posición de cerrador.
    Mariano debutó en 1995 con la organización de los Yankees y, curiosamente y aunque muchos no lo saben, lo hizo en el rol de abridor. Tuvo ese año 10 aperturas. Luego de eso, su carrera dio un vuelco.
    Rivera fue transferido al bullpen para jamás salir de ahí. Pero fue en su rol de cerrador que halló la ruta a la gloria y la inmortalidad como cerrador, al amasar 652 rescates en su laureada carrera.
    Pero esa es la punta del iceberg. Con su 0.70 de efectividad, Mariano tiene el ERA más bajo de todos los tiempos en Playoffs, tuvo un total de 141 innings en Postemporada.
    Hablando de Playoffs, es el líder absoluto en salvamentos de cuatro o más outs con 31. Su más cercano perseguidor es Goose Gossage, con siete.
    Y pensar que en 1997, cuando fue designado cerrador de los Yankees, echó a perder tres de sus primeras seis oportunidades de salvamento aquella temporada.
    Rivera fue parte de esa generación dorada, y la última a fuerza de ser sinceros, que han producido los del Bronx, con la que ganó cinco Series Mundiales. En cuatro sacó el último out.
    Marieno usaba el número 42, el cual solo él podía usar mientras jugaba porque el resto de los equipos ya lo había retirado para tributar a Jackie Robinson por romper la barrera del color en MLB.
    En 2013 anunció su retiro y desde entonces la novena neoyorquina no ha podido hallar un cerrador regular aunque en los años recientes el cubano Aroldis Chapman ha tratado de hacer su esfuerzo.
    Mariano ya tiene también un lugar en el recinto de los inmortales de los New York Yankees, lo cual no es poca cosa, pues es la organización más ganadora en la historia de las Grandes Ligas.
    Tal es el respeto que generó Rivera, un pelotero sin aspavientos, sin lucimiento más allá que la 'letalidad' de sus pitcheos, que hasta sus más acérrimos rivales le rindieron tributo.
    Mariano, tras el retiro, ha estado involucrado en diversas causas sociales. Viniendo de un extracto muy humilde en su natal Panamá, es consciente de que lo que la gente necesita es una oportunidad.
    En 2014 se publicó el libro 'The Closer' donde se relata la vida y la carrera de Mariano Rivera en el béisbol. Un nuevo capítulo habrá de añadirse tras seu unánime manera de llegar a Cooperstown.

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    Imagen Getty Images
    Definir a Mariano Rivera y su trayectoria en el mejor béisbol del mundo en pocas palabras es una tarea complicada para un pelotero que revolucionó la posición de cerrador.


    En una comunidad pesquera de bajo estrato social, dejar la escuela era la norma. A los 16 años aprendió a pescar sardinas en semanas de seis jornadas laborales. El béisbol era simplemente un pasatiempo en el que, curiosamente, no jugaba como lanzador, sino como shortstop. Su revelación en el montículo llegó un día en el que reemplazó al pitcher de su equipo amateur, Panamá Oeste, y fue tal la impresión que llamaron a un scout de los Yankees, Chico Heron, quien lo invitó a un tryout en Ciudad de Panamá.

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    Ahí, Herb Raybourn, quien ya había desechado a Mariano como un potencial parador en corto de Grandes Ligas, le ofreció un contrato en 1990 como agente libre amateur y un bono de 2 mil 500 dólares.

    Tras su temporada de debut en las Grandes Ligas, Rivera estuvo a punto de ser cambiado a los Seattle Mariners por el shotstop dominicano Félix Fermín, pero los Yankees al final optaron por un novato para esa posición. La incorporación de Derek Jeter permitió la permanencia de Rivera y, a la larga, fue probablemente la decisión más sabia de la organización desde que contrataron a Babe Ruth.

    Antes de Rivera, Rod Carew era el único panameño en el Salón de la Fama del béisbol. Tras su retiro en 2013, todos sabíamos que Mariano sería el segundo inquilino del país canalero en Cooperstown, pero quizás nadie imaginaba que sería el primero, sin importar clase ni nacionalidad, en entrar de manera unánime.

    Mariano celebrará medio siglo de vida en noviembre próximo como el más grande de la élite del béisbol.


    Video Este fue el momento en el que Mariano Rivera se supo como inmortal
    Mariano Rivera documentó el instante en el que supo de su ingreso al Salón de la Fama del béisbol, con esta explosión de júbilo junto a sus seres queridos.
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