Mundial Rusia 2018

    La sonrisa de Juan Carlos Osorio en el sorteo es la de todo México

    La histórica victoria de México sobre Alemania fue labrada desde el momento del sorteo del Mundial, cuando Juan Carlos Osorio sonrió al conocer su suerte.

    whatsappLogoOutline
    facebookLogoOutline
    twitterLogoOutline
    envelopeOutline

    Por:
    Ricardo Otero.
    Publicado el 17 jun 18 - 11:51 AM CDT. Actualizado el 17 jun 18 - 12:27 PM CDT.

    Juan Carlos Osorio vivió una jornada única y especial en un triunfo histórico para México contra Alemania, la victoria 1-0 en el grupo F del Mundial Rusia 2018.
    Antes del comienzo, Osorio lució con elegancia y calma, aunque sabía que viviría un partido diferente en su carrera.
    El saludo cordial mostró a su homólogo de Alemania más calmado, aferrado a su tradición ganadora. El técnico del 'Tri' se aferró a la esperanza de un país.
    En el comienzo, Osorio duró poco con su traje completo y ahora solo con camisa era observador y analítico de las acciones de sus dirigidos, de buen trabajo.
    Las indicaciones llegaron pronto al indicarle a los atacantes que evitaran la salida de los defensas alemanes.
    Al minuto 35 del primer tiempo, llegó un momento memorable para el estratega colombiano en su historia profesional, el gol de México contra Alemania.
    El abrazo de Marco Fabián mientras el resto de la nómina fue a celebrar con el 'Chucky' Lozano fue un pequeño reconocimiento a la credibilidad del técnico a sus dirigidos.
    El segundo tiempo, entre las embestidas alemanas, estuvieron llenas de indicaciones para evitar la igualdad.
    El estratega empezó a contar el tiempo para que llegara a la cumbre de una celebración gigante.
    Juan Carlos Osorio al fin pudo celebrar su gran triunfo como técnico de México, una victoria histórica contra Alemania.

    1 / 10
    Imagen Getty Images
    Juan Carlos Osorio vivió una jornada única y especial en un triunfo histórico para México contra Alemania, la victoria 1-0 en el grupo F del Mundial Rusia 2018.

    MOSCÚ, Rusia.- En este momento, es imposible imaginar a alguien con la autoestima más alta que la de Juan Carlos Osorio.

    Publicidad

    La sonrisa que puso en el sorteo del Mundial el pasado 1 de diciembre en el momento en el que se reveló el primer rival de México en el Mundial fue vista como una muestra de locura y osadía. Verse feliz por medirse al campeón no podía ser algo normal.

    Especialmente si recordamos que meses antes esa misma Alemania goleó con autoridad al Tri en la Semifinal de la Copa Confederaciones.

    No es difícil interpretar que esa era la suerte que quería Osorio para el sorteo, y cuando la suerte es acorde a tus deseos siempre es buena. El primer tiempo que dio la Selección Mexicana demostró que los apuntes que tomó el entrenador desde esa fatídica noche en el Estadio Olímpico de Sochi valieron por cada trazo.

    El colombiano estudió cada jugada, a cada futbolista y cada movimiento de la Mannschaft y desarrolló una formación de manera quirúrgica para contrarrestar el poder y el orden de una maquinaria que rarísima vez se descompone.


    Para el segundo tiempo, sus modificaciones fueron comprensibles solo para su método: sacó a un volante ofensivo -Vela- para poner a un lateral derecho nominal -Álvarez- que le hacía falta; saca a un regateador - Lozano- para meter a su segundo centro delantero, veloz y fresco -Jiménez- pensando en los espacios abiertos que dejaría Alemania.

    No solo eso: Jiménez hizo también labores de sacrificio para aprovechar su estatura en jugadas aéreas.

    Después, el ingreso de Rafael Márquez, que fue histórico por convertirse en el tercer futbolista que juega en cinco Copas del Mundo, tampoco careció de improvisación. El capitán mexicano del siglo XXI no participó como antes en las labores de recuperación, pero a cada balón robado por el Tri que le fue entregado le sucedió un toque con ventaja, peligrosísimo, para montar una contra.

    Publicidad

    Al pasar de los minutos, los ataques alemanes fueron más descompuestos e improvisados. Esa no es la Mannschaft. México la descompuso.

    Y aunque siempre, siempre juzgarán a un técnico por su último partido, la sonrisa de Osorio del 1 de diciembre hoy la comparten todo México, los millones que viven fuera de su territorio y los miles que estamos en Rusia.

    En alianza con
    civicScienceLogo