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    Azerbayán, una sede espectacular con serios problemas para llegar

    Hasta 10 horas podrían hacer aficionados ingleses para poder llegar al Estadio Olímpico de Bakú.

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    Por:
    Andrés Corona Zurita.

    Estadio Olímpico de Bakú.
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    Imagen @EuropaLeague
    Estadio Olímpico de Bakú. <br>

    Tanto Arsenal como Chelsea tuvieron que regresar cerca de cinco mil entradas cada uno por los problemas que tendrán sus aficiones para poder aterrizar en Azerbayán, un país limítrofe entre Asia y Europa.

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    Llegar a Azerbayán no solo es sumamente complicado sino costoso. Ubicado cerca del Mar Caspio, las dos formas más comunes de llegar a la exprovincia de la Unión Soviética son vía Doha, en Catar; o a través de Estambul en Turquía. Si provienes de Europa Occidental, el viaje puede alcanzar las 10 horas de trayecto.

    En ambos casos, las distancias y el costo de los boletos hacen que los distintos aficionados ingleses que intentarán viajar rumbo a Azerbayán terminen desistiendo. El resultado, ver algunos espacios vacíos en el bellísimo Estadio Olímpico de Bakú.

    Conforme pasen las horas, la demanda de boletos podría incrementarse, sobre todo con aficionados locales. Sin embargo, no es factible que el Olímpico de Bakú se llene con hinchas de Chelsea y Arsenal.


    El terreno de juego del Olímpico de Bakú está a un 90% de estar listo. Mínimos detalles en el centro del campo hacen que el inmueble esté perfecto. Aunque se trabaja a grandes marchas y no se duda que para este miércoles el campo esté en condiciones ideales para la práctica del fútbol.

    La ciudad se encuentra ya lista para el partido. En las esquinas y en las calles se pueden ver banderas del Chelsea y del Arsenal; pendones con las imágenes de Eden Hazard y de Mesut Özil, quien se dice, es el futbolista consentido por la afición local.

    Así, la Final de la Europa League se encuentra prácticamente lista. Quizá, lo que más hará falta es que la final inglesa se llene precisamente de hinchas ingleses y que el rojo del Arsenal y el azul del Chelsea contrasten con el espectacular naranja de la fachada del Estadio Olímpico de Bakú.

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