Juan Francisco Palencia, entre la idolatría puma y la traición celeste

Cruz Azul nunca fue una casa para Juan Francisco Palencia, aunque para la afición celeste, el ‘Gatillero’ haya sido uno de los últimos grandes ídolos de la Máquina. Con su ’17’, su ‘melena’ larga y sus más pintadas, el hoy técnico de Pumas hizo menos dolorosa la salida de Carlos Hermosillo del club, convirtiéndose en el niño mimado de la afición celeste.

Sin embargo, tras la negativa de Cruz Azul por permitirle mantenerse en el Espanyol de Barcelona luego de su cesión tras la Copa Libertadores de 2001 y la desbandada que sufrió el club en aquel año de 2003 en el que la directiva celeste decidió rescindirle el contrato a toda la plantilla cuando eran dirigidos por Mario Carrillo, el sentimiento de Palencia hacia Cruz Azul cambió.

“Yo no creo que las instituciones sean como una casa para ti (como futbolista) porque no lo son; cuando a lo mejor un jugador ya no les interesa, se dan la vuelta y se van, así que no creo que sea una casa para mí (Cruz Azul), porque no lo fue y lo demostró”, así habló Juan Francisco Palencia previo a enfrentarse como futbolista de Chivas, por vez primera a la Máquina Celeste.

“Con Palencia y salivita”, titulaba el desplegado que lanzaba Jorge Vergara tras aquel partido en el que Chivas había derrotado a Cruz Azul; aquel día, el ‘Gatillero’ festejó como pocos el triunfo frente a la Máquina, un recuerdo doloroso, una herida que quedó abierta en la afición celeste.

Juan Francisco Palencia juró amor eterno a Pumas, vivió con gran intensidad y cariño su etapa con Chivas, pero cuando fue cuestionado por un aficionado cementero sobre qué añoraba de Cruz Azul en una entrevista hecha por el sitio Futbol Sapiens, ‘Paco’ sostuvo un frío “nada”.

En la mente del aficionado celeste está la imagen de Juan Francisco Palencia levantando el título de Cruz Azul en 1997; el recuerdo de sus goles contra River Plate en el Estadio Azteca y la anotación contra Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores 2001 en La Bombonera de Buenos Aires. Muchos goles, muchas celebraciones, muchas alegrías.

Con la Máquina marcó 98 goles en encuentros oficiales desde su debut en 1994 hasta su salida del equipo en el año de 2003 con un intermedio en la temporada 2001 y 2002 cuando perteneció al Espanyol de Barcelona.

Este fin de semana, Juan Francisco Palencia volverá al Estadio Azul, ya no como futbolista sino como entrenador, representando a un equipo que mantiene una gran rivalidad con Cruz Azul, tanto en campo como en la tribuna. Un partido para un nacido en la cantera celeste, pero cuyo corazón se volvió auriazul.

“Deseo retirarme aquí (en Pumas), ya que la gente te acoge mucho y me gusta demasiado. Siempre estaré agradecido con Cruz Azul, pero aquí me siento mejor y muy a gusto”, declaró Palencia cuando la llama de su carrera futbolística se acababa.

Para la afición universitaria, Palencia fue un jugador muy querido, integrante del último título de Pumas, pero para los seguidores de Cruz Azul, el recuerdo del ‘Gatillero’ navega entre la traición y el anhelo, la imagen de un ídolo que se bajó del pedestal de cemento en el que los seguidores de la Máquina lo tenían.