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    Carlos Vela

    El Athletic de Bilbao se quita de encima la paternidad de la Real de Carlos Vela

    Las temporadas del mexicano en San Sebastián habían sido de hegemonía txuri-urdin sobre los leones de San Mamés.

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    Por:
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    Muniaín acabó con la suerte de la Real.

    Imagen Agencia EFE.
    Muniaín acabó con la suerte de la Real.

    Largas se hicieron para la leal afición del Athletic Club las cuatro temporadas que duró el invicto de la Real Sociedad en los derbis del País Vasco. Los bilbaínos veían cómo sus leones -ya hubiera sido en Anoeta o en el viejo o el nuevo San Mamés- sencillamente eran incapaces de vencer a los de San Sebastián por más que nunca bajaran los brazos.

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    En esos ocho derbis vascos la narrativa siempre fue igual: los rojiblancos ponían el empuje y la garra; los txuri-urdin ponían la defensa y el gol. Acá tampoco fue muy distinto en un principio. Los de Carlos Vela se adelantaron gracias a un frentazo de David Zurutuza a la salida de un córner. El resto del primer tiempo pasó entre la inoperancia del Athletic y la perplejidad de su afición ante otra derrota parcial.

    Sin embargo, en el inicio del segundo tiempo ese bajito pícaro del Athletic, Iker Muniaín, cambió la narrativa con un soberbio disparo de francotirador que entró por el palo más lejano del guardameta argentino Gerónimo Rulli. La voltereta rojiblanca que suscitó el sonoro rugido de San Mamés llegó a cargo de Aritz Aduriz, el más listo de todos al momento de birlar el cuero a toda la defensa realista.

    Cuando una escuadra está motivada y en sintonía con la tribuna, en España suele decirse que la segunda lleva a la primera “en volandas”. Así ocurrió cuando Iñaki Williams, una pantera negra entre leones vascos, definió a marco abierto tras un servicio de un Aduriz tan solidario que casi no pareciera tratarse de un delantero matón. Los de San Sebastián no hallaban ahora el modo de salir del agobio.

    Eusebio, su director técnico, movió el banquillo tardíamente pero bastó para descontar: el zaguero Íñigo Martínez martilleó un balón que significó el 3-2 final.

    Acostumbrado a brindar lo mejor de sí en los derbis vascos, Carlos Vela pasó del todo desapercibido en éste. Sus actuaciones son cada vez más intermitentes y él intercala chispazos de calidad con penumbras prolongadas de desaparición.

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    Las temporadas de la Real de Vela avasallando al Athletic han llegado a su fin.


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