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    Opinión | Atlas y Romano o la crónica de un fracaso anunciado

    El argentino fue cesado como técnico rojinegro, sumando ya 6 años sin un torneo con números positivos, pero ahora con un plantel desequilibrado y corto.

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    Por:
    Alejandro Pelayo.

    Action photo during the match Atlas vs Puebla corresponding to the 11 week of Liga Bancomer BBVA Closing Tournament 2018 at Jalisco Stadium Foto de accion durante el partido Atlas vs Puebla correspondiente a la jornada 11 de la Liga Bancomer BBVA Torneo Clausura 2018 en el Estadio Jalisco. En la foto: Ruben Omar Romano. 09/03/2018/MEXSPORT/Cristian de Marchena

    Imagen Mexsport
    Action photo during the match Atlas vs Puebla corresponding to the 11 week of Liga Bancomer BBVA Closing Tournament 2018 at Jalisco Stadium Foto de accion durante el partido Atlas vs Puebla correspondiente a la jornada 11 de la Liga Bancomer BBVA Torneo Clausura 2018 en el Estadio Jalisco. En la foto: Ruben Omar Romano. 09/03/2018/MEXSPORT/Cristian de Marchena

    Si mezclas la pólvora con el fuego irremediablemente tendrás una explosión, es ley de la química, tan cierta como irrefutable. De la misma forma la combinación Atlas y Romano sólo podía darnos un resultado y las estadísticas no se equivocaron, un fracaso de proporciones épicas que incluso ponen en riesgo a los Rojinegros de perder la categoría.

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    Este lunes Atlas anunció el cese de Rubén Omar Romano como técnico del equipo, pero no nos equivoquemos, la directiva atlista comenzó este efecto dominó que parece no tener fin durante esta pretemporada, luego de que vendió a dos de sus máximos referentes, Matías Alustiza y José Madueña, así como a Facundo Erpen, Christian Tabó, Fidel Martínez, Javier Salas y Jahír Barraza. Los dirigentes para hacer caja vendió mucho y no llegó nada.

    En su lugar contrataron ‘petardos’ como Alexi Gómez, un peruano que la semana pasada fue dado de baja de Atlas, debido a su bajo rendimiento y porque lo descubrieron jugando futbol amateur, en una de esas tantas ligas que hay en Guadalajara en la que pagan hasta 300 dólares por partido.

    También llegó el portero Christopher Toselli, ¿qué tan bajo nivel tendrá que no le pudo arrebatar la titularidad a Miguel Fraga? Y ni hablar de Angelo Henríquez quien arribó con la etiqueta de figura, luego de haber jugado para el Manchester United, sin embargo, con los Zorros no ha marcado un solo gol.

    Aunado a esto, la veteranía y las lesiones de Rafa Márquez, así como las de Cándido Ramírez y Clifford, terminaron de mermar a un plantel que hoy pelea sin armas su permanencia.

    Cuando comenzó el torneo, los Zorros le llevaban 13 puntos al Veracruz en la lucha por no descender; en la Fecha 3 despidieron a José Guadalupe Cruz, aunque él nunca fue el problema, o quizá sí, al permitir que le desmantelaran a su equipo. Ahora la ventaja de 13 unidades se recortó a 8 puntos, pero lo más alarmante de todo es que Atlas no se ve por donde pueda sumar, llegar a 10 unidades luce casi tarea imposible, mientras que los del puerto jarocho tienen el momento anímico de su lado.

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    Punto y aparte la situación de Romano, Atlas aún tiene margen de salvación, pero Romano no, parece que quemó el último cartucho que le quedaba para revalorarse como DT. Otra vez deja números de espanto, dos triunfos, por seis derrotas y un empate.

    Antes de Atlas venía de dos años sin dirigir, luego de fracasar con Xolos en 2015, y Puebla en 2014. No olvidemos que Romano sumó 22 partidos sin ganar, durante su segunda etapa con los Zorros y su paso por América, siendo el único entrenador en la historia de Coapa en haberlos dirigidos sin ganar un solo partido, un empate y 9 derrotas, números escalofriantes para cualquier equipo, ahora imaginen lo que significó para las Águilas.

    Romano, nunca ha podido ser campeón en la Liga MX, y parece que nunca lo conseguirá. Su mejor etapa pasó hace más de 13 años. Pero el futbol fue generoso y le dio un sinnúmero de oportunidades para reivindicarse, aunque a favor del argentino, podemos argumentar que en esta su última oportunidad, lo mandaron a la guerra sin fusil. La combinación perfecta para el fracaso.

    Ahora los que deben responderle a La Fiel son sus directivos, que siguen tropezando en un loop infinito que parece no terminar nunca.

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