Tom Coughlin decidió retirarse de los New York Giants tras 12 temporadas como entrenador en jefe de una de las franquicias más históricas en la NFL.
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Solo para poner en contexto lo que significan esas 12 temporadas con los Giants, el legendario Bill Parcells solo duró ocho años al frente del equipo y Coughlin solo está detrás de Steve Owen (23 campañas) en cuanto al liderato histórico de tiempo dirigiendo a una franquicia que, por cierto, se distingue por su paciencia.
Hacia el exterior, Tom Coughlin será ampliamente recordado por los dos Super Bowls que le ganó a los New England Patriots (XLII y XLVI) y en especial el primero de ellos donde, para sorpresa de absolutamente todos, impidió la temporada perfecta del trabuco de Bill Belichick, Tom Brady y Randy Moss.
Pero el legado del ‘Sargento’ vas mucho más allá de los triunfos, con esa filosofía militar que lo caracterizó, la puntualidad es el sello de Coughlin, el esperaba que todo su personal estuviera cinco minutos antes de la cita para cualquier lugar, inclusive multando a quien estuviera a tiempo, puntual no era suficiente, cinco minutos antes que puntual era lo único aceptable.
Hoy es fácil olvidar que esa obsesión por hacer todo a tiempo, por cumplir las reglas, por no saltarse ningún paso le causó problemas de vestidor, el retiro temprano del corredor Tiki Barber y las ausencias a los campos de entrenamiento del estelar veterano ala defensivo Michael Strahan, son dos ejemplos de conflictos con los que lidió pero con los que salió más fortalecido.
Y justamente el caso de Strahan es el que pudo haber definido para mal y acabó haciéndolo para bien la gran era de Coughlin en la ‘Gran Manzana’, aquella temporada 2007 cuando el ahora estrella de televisión decidió no presentarse a entrenar, Coughlin entendió que tenía que adaptarse y no ser tan terco, llevó a su equipo a jugar bolos sorprendiendo a todos y consiguiendo que Strahan volviera y se retirara ese año como el gran capitán del equipo que ganó el Super Bowl XLII.
Sin embargo, de todas las figuras que Coughlin tuvo a su alrededor hay una con la que jamás podrá ser separado y es la de su quarterback Eli Manning al que obtuvo vía cambio en su primer Draft tras ser elegido primero global por los San Diego Chargers en el 2004 y a quien, tras media temporada con Kurt Warner como su pasador titular, decidió darle la oportunidad y tenerlo así de manera ininterrumpida por 183 partidos de manera consecutiva, récord de todos los tiempos de partidos al hilo entrenador en jefe/quarterback titular.
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Coughlin es conocido por su puntualidad, su disciplina pero lo que lo hizo trascendente fue su adaptabilidad al cambio, inclusive de su propia filosofía y a eventos externos muy desafortunados de los Giants como la vez que Plaxico Burress se disparó en el pie o la ocasión de Jason Pierre-Paul se deshizo la mano con un accidente de fuegos artificiales, o la trágica lesión de la que aún no se repone Víctor Cruz.
Aún con todo eso jamás existieron pretextos, siempre se luchó, algunas veces se ganó y nunca jamás los Giants bajaron las manos a su mando.
Es así como se va Tom Coughlin de los New York Giants, una era para recordar al que para mí, es el mejor entrenador en jefe de esta franquicia y que, muy a su estilo, antes de que lo corrieran, cinco minutos antes el decidió bajarse del barco.
