VAR 1-0 árbitros: la tecnología hace inútiles a los silbantes

Minuto 65 en el Estadio de Nizhny. Lee Young de Corea del Sur derriba claramente a Viktor Claesson en un penal inobjetable; de manera increíble, el silbante salvadoreño Joel Aguilar no pita nada y deja correr la jugada esperando ayuda divina.

La realidad, lo que el centroamericano deseaba era que esa ayuda del cielo no llegara de un ente religioso sino de un trío de personas que analizan con tecnología las jugadas polémicas del partido.

Después de eternos 30 segundos de enormes reclamos por parte de los suecos, llega la ayuda divina del VAR para pedirle a Joel Aguilar que revise la jugada de un penal que todo el mundo vio… menos quien debía verla.

¿Qué esperaba Joel Aguilar? ¿No vio un penal tan claro? La realidad es que, a partir de este Mundial, los silbantes tienen menos presión de pitar una jugada polémica porque está respaldado, por el VAR.

La tecnología está suplantando el criterio de los árbitros. Con todo respeto, los está haciendo inútiles y dependientes; no está mal que el VAR entre a “ayudar” que es lo que el fútbol lleva requiriendo desde hace varios años, pero de eso a que los silbantes no decidan en momentos inobjetables, tampoco parece del todo correcto.

Hasta el momento, el Mundial ha tenido cuatro penales; tres de ellos fueron pitados gracias al VAR; el otro, durante el España-Portugal, fue silbado por el árbitro, pero de manera incorrecta pues Nacho jamás derriba a Cristiano Ronaldo.

El fútbol es así. Los árbitros siempre estarán en el paredón de los acusados; hoy tienen ayuda, pero esto no los exime de sus obligaciones. Por algo son expertos, y al igual que las selecciones participantes, por algo son elegidos como los mejores del planeta para estar en una Copa del Mundo.