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    Mundial Rusia 2018

    Tinta Mundialista: Carlos Gardel, futbolero y... ¿uruguayo?

    Con esta anécdota del popular músico sudamericano, arrancamos una serie semanal de historias enfocadas a la Copa del Mundo de Rusia 2018.

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    Por:
    TUDN


    Por Luciano Wernicke

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    El 10 de julio de 1930, cinco días antes del debut argentino en el Mundial de Uruguay, el famoso cantante de tangos Carlos Gardel visitó a la delegación albiceleste junto a sus guitarristas José María Aguilar, Guillermo Barbieri y Ángel Riverol para ofrecer un recital que sirviera de aliciente a los muchachos que se encontraban lejos de casa. El concierto, que incluyó varias canciones, se realizó en el salón comedor del hotel que alojaba al equipo, adornado con banderas argentinas.



    Al finalizar la velada, los periodistas intentaron sonsacarle a Gardel qué selección ganaría el torneo. Sin embargo, el Mudo, con su pasión dividida cincuenta y cincuenta a ambas márgenes del Río de la Plata, no se jugó: "El fútbol –dijo la estrella tanguera- es más difícil de acertar que las carreras, y ya sabemos que en el hipódromo no acierta nadie. Pero, en fin, yo sin aventurar nada, y descartando por no conocerlos en el deporte a los brasileños y a los 'yankees', diré solamente que creo que los rioplatenses serán los más difíciles de vencer, y que si llegan a una final, habrá que tirar la monedita para saber quién gana. Ambos son buenos y juegan un fútbol maravilloso y artístico, y ahora que veo a los nuestros tan alegres y decididos, cabe esperar que ganando o perdiendo lo sabrán hacer como buenos criollos, es decir, con todos los honores".



    Gardel no sólo hinchaba por Argentina: el día anterior había efectuado el mismo concierto en el campamento uruguayo. De hecho, estas visitas ya se habían producido antes de la final de los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928 y, en esa oportunidad, el zorzal criollo les había anunciado a los jugadores de ambos equipos que no concurriría al estadio holandés porque quería "demasiado a las dos camisetas".

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    Otra versión, en un intento por tratar de imponer que Gardel prefería a la escuadra celeste, resaltó que, días antes del torneo de Ámsterdam, el popular trovador cenó en París con los futbolistas argentinos y en ese encuentro interpretó por primera vez el tango Dandy, de Lucio Demare, Agustín Irusta y Roberto Fugazot.



    La selección albiceleste perdió la final olímpica contra la uruguaya, y dos años más tarde, Gardel repitió Dandy, la canción "nefasta", en el hotel de Montevideo que alojaba a los argentinos. La leyenda montevideana asegura que el intérprete se cuidó de no incluir esta pieza durante el recital que también ofreció en el campamento local. La hipótesis sugiere que lo hizo adrede, como cábala en favor de los futbolistas celestes que, días más tarde, volvieron a vencer a sus rivales rioplatenses para consagrarse como los primeros ganadores de la Copa del Mundo.


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