Mundial Rusia 2018

    Dos pecados tácticos y una enfermedad crónica sepultaron a México ante Brasil

    Los ingresos de Márquez y Ayala como titulares, así como la falta de un centro delantero eficaz, fueron los factores decisivos en Samara.

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    Por:
    Ricardo Otero.

    Osorio no supo compensar la ausencia de Héctor Moreno por suspensión.

    Imagen Getty Images
    Osorio no supo compensar la ausencia de Héctor Moreno por suspensión.

    SAMARA, Rusia.- Treinta minutos de ilusión, 25 de golpe del histórico y el resto en una ineficaz batalla por lo imposible con las limitaciones de un equipo que debió traer a los mejores de su historia y por séptima vez consecutiva topó con la misma pared.

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    La inclusión de Rafael Márquez en el once titular solo pudo comprenderse, de inicio, por querer mandar un mensaje a Brasil: “nosotros también tenemos nuestros tótems que pueden cambiar el partido con un toque de balón”. El capitán de cinco Copas puso orden en el juego Tricolor, participó poco en la recuperación, pero mucho en el reparto del balón, sin embargo, el paso del tiempo fue evidente cuando antes habría de realizar sprints que ahora no existieron.

    Osorio le ganó la partida táctica a Tité en el primer tiempo, pero desde hace 20 años, Brasil vive de sus individualidades y está tarde no fue la excepción: la ‘canarinha’ le dio más trabajo a Ochoa que el Tri a Alisson. México arrinconó a su rival durante la primera media hora del partido, pero sufrió en los 15 minutos previos al descanso.

    La ausencia de Marcelo fue notoria. México la aprovechó y desquició a Filipe Luis primero con Andrés Guardado y después con Carlos Vela. Hirving Lozano fue constantemente bajado a patadas, pero el penúltimo toque o regate fue el talón de Aquiles de los verdes, pues especialmente Javier Hernández y Héctor Herrera tuvieron opciones de poner en aprietos serios a Brasil, sin conseguirlo.

    Pero el segundo tiempo desnudó los errores en el planteamiento. Márquez salió por Layún, quien tomó la lateral derecha y mandó a Edson Álvarez a la contención. Poco le duró el gusto a México, pues con el gol de Neymar, al 52’, Álvarez dejó la posición a un hombre que juega nato ahí y pudo ser el titular: Jonathan dos Santos.

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    El menor de los Dos Santos reordenó al equipo mexicano dos cambios después. México volvió a ser incisivo, más incluso que en el primer tiempo, pero la falta de eficacia afuera del área fue lapidaria. Tardaron unos 70 minutos en importunar al arquero rival con disparos de media distancia.

    El otro hueco en el planteamiento fue uno por obligación: Hugo Ayala se comió los dos goles, el primero al ser desbordado por Willian y el segundo al quedarse plantado pidiendo un fuera de lugar inexistente, una falla de concentración carísima.

    A eso hay que sumarle lo que sabíamos desde antes de iniciar el Mundial: ninguno de sus tres centros delanteros llegó en buen ritmo. Javier Hernández falló hasta en conducciones y Raúl Jiménez corrió mucho durante 35 minutos, pero solo eso.

    En 2018 debían converger las generaciones campeonas Sub 17 de 2005 y de los Olímpicos de 2012. Ocho jugadores de este plantel mexicano formaron parte de uno o los dos grandes palmarés, pero México no tiene un Neymar, ni un Willian, ni un Gabriel Jesús.

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