La imagen hace seis días seguro fue así: Joao Pedro disfrutaba de la playa en Río de Janeiro con su familia y amigos, y entonces una llamada. El Chelsea lo compró al Brighton por 80 millones de dólares, y Enzo Maresca, su nuevo técnico, pedía que se reportará.
De la playa a la Final del Mundial de Clubes, seis frenéticos días de Joao Pedro
El héroe de las semifinales estaba de vacaciones cuando fue vendido por el Brighton al Chelsea en 80 millones de dólares.
Vuelos, papeles, prisas para llegar y unirse a la disciplina del club de Londres en Estados Unidos. Sanción de Nico Jackson (dos juegos). Debut ante el Palmeiras (jugó 36 minutos) en los Cuartos de Final del Mundial de Clubes. Cinco entrenamientos, titular ante el Fluminense (club que lo formó), dos golazos suyos y directo, junto a su nuevo club, a la Final del torneo de la FIFA.
Seguro una tormenta de emociones, junto con los rayos y relámpagos incluidos, en tan poco tiempo y en tantas situaciones tan personales, y dispares para Joao.
“Estaba de vacaciones pero también entrenando por mi cuenta. Estaba en Brasil con mis amigos y familia, en las playas de Río de Janeiro. Disfruto pero también entreno”, explicó a los medios de comunicación en la rueda de prensa previa a la semifinal.
Tan rápido fue todo que tras su primer golazo frente el Flu, un disparo al borde del área que se coló a un ángulo a los 18 minutos, no supo si festejar o no.
Se lanzaba ya con todo a la celebración cuando reaccionó y decidió alzar los brazos, y cerrar la boca sin correr, pidió perdón al equipo que lo hizo futbolista y luego dio gracias a Dios.
A los 56, hizo el segundo tanto. Recorte a un rival y disparo de campana que dejó claro quien sería el finalista del torneo.
Luego las mismas muecas y el mismo sentimiento entre alegría, y pena. De una ola frenética de emociones a la calma, por el momento, de la Final del Mundial de Clubes.

