El juez ordenó que no se deportara al joven palestino de 30 años mientras el tribunal estudia un recurso interpuesto por sus abogados, que quieren que Khalil regrese a Nueva York y sea puesto en libertad bajo supervisión.
Grupos defensores de derechos civiles coinciden en que “la decisión ilegal del Departamento de Seguridad Nacional de arrestarlo únicamente por su activismo pacífico contra el genocidio representa un ataque flagrante a las garantías de libertad de expresión establecidas en la Primera Enmienda, a las leyes de inmigración y a la misma humanidad de los palestinos”
El juez ordenó que no se deportara al joven palestino de 30 años mientras el tribunal estudia un recurso interpuesto por sus abogados, que quieren que Khalil regrese a Nueva York y sea puesto en libertad bajo supervisión.
Grupos defensores de derechos civiles coinciden en que “la decisión ilegal del Departamento de Seguridad Nacional de arrestarlo únicamente por su activismo pacífico contra el genocidio representa un ataque flagrante a las garantías de libertad de expresión establecidas en la Primera Enmienda, a las leyes de inmigración y a la misma humanidad de los palestinos”