El comportamiento de Khabib Nurmagomedov momentos después de haber dominado, humillado y despojado a Conor McGregor de sus insultos, ego e ingenuidad en UFC 229 --al creer que podría derrotar al actual campeón mundial ligero después de casi dos años de inactividad--, no tiene justificación, pero tampoco le hizo mal a una extraordinaria velada en Las Vegas que no podía culminar de otra manera.
McGregor vs. Nurmagomedov o de cómo destronar a la "pelea del año" en el boxeo
UFC 229 sobrepasó en PPVs y venta de boletos a la esperada revancha entre 'Canelo' Álvarez y Gennady Golovkin. ¿Qué nos dicen las artes marciales mixtas del estado actual en el boxeo?
McGregor y Nurmagomedov cumplieron todos los requisitos en la lista de deseos de los fanáticos asiduos y desafectos: sangre, gran despliegue técnico, dramatismo, el factor sorpresa, acción. Es decir, obtuvieron más de lo que esperaban por su dinero.
Si comparamos el evento de UFC con la esperada revancha entre 'Canelo' Álvarez y Gennady Golovkin --llevada a cabo casi un mes antes y en el mismo recinto-- el boxeo sale mal parado. A pesar el arduo trabajo de los promotores para vender una pelea que por algunos momentos parecía destinada a quedar en el archivo del "hubiera", principalmente por el tema del clembuterol, la convocatoria ni las ganas de conocer a un ganador fueron las mismas de hace un año. Ni siquiera lo que habría sido a principios del 2018.
1. Canelo prometió el nocaut, no lo cumplió. Nurmagomedov sí
Hablar no es equivalente a hacer. Mucho se dijo previo a la revancha del mexicano, pero a pesar de su preparación y letanía de promesas, Canelo terminó llevándose otra decisión polémica de los jueces ante el mismo rival y con una banda sonora de abucheos y crítcas profanadas, inclusive, por aquellos que comparten su identidad territorial. La única duda que Khabib nos dejó arriba del octágono fue el por qué detrás de su iracundo asalto contra un peleador en las gradas.
2. Los maratonianos tours promocionales arruinan el espectáculo
Desde que se anunció UFC 229 hasta que McGregor y Nurmagomedov se vieron las caras dentro de la jaula pasaron dos meses y tres días. Fue un 3 de agosto cuando se confirmó la gran pelea entre estos dos, y un 6 de octubre cuando se dejaron el alma a golpes.
¿Cuánto duró el tira y afloja entre Canelo y Golovkin? Casi un año. Y, siendo objetivos, los fans se quedaron esperando un round donde alguno de los dos hiciera valer la pena la espera y los insultos ad nauseam.
3. La frase favorita de los promotores del boxeo: "dejemos marinar esta pelea"
Canelo-Golovkin, Mayweather-Pacquiao, Joshua-Wilder, Lomachenko-Mikey García. Los ejemplos sobran. ¿El común denominador? Las peleas que se han concretado lo han hecho con peleadores más cerca del retiro que de la ovación del público.
McGregor retó el campeón, y aunque su plan no salió como esperaba, no tuvo que "calentar" la pelea perdiendo el tiempo con un rival a modo. No. El irlandés le pegó a lo grande y perdió, pero el interés tanto de los peleadores como de la propia UFC son para aplaudir.
Canelo optó por subir a 168 libras en lugar de realizar la primera defensa de su título en las 160. Golovkin buscó la trilogía, pero el equipo del mexicano prefirió cumplir los caprichos de su peleador consentido.
El boxeo debe poner en práctica varias cosas vistas el sábado pasado en la T-Mobile Arena. Evolucionar y adaptar o morir y sufrir el desprecio de aquellos que aún creen en él.