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    Jorge Pinzón: La tentación por competir

    Un reto mayor para el atleta es controlar su inquietante espíritu competitivo.

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    Por:
    TUDN


    Imagen (AP-NFL)

    El futbol americano es un deporte formador de valores positivos para jugadores y entrenadores. Quien ha practicado correctamente este deporte sabe de trabajo duro, sacrificio, dolor, equipo, desarrollo individual, espíritu competitivo, alto grado intelectual, salud mental, responsabilidad e integridad.

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    Cualquier deporte es bueno siempre y cuando se practique de verdad y lo mejor que uno pueda hacerlo. Cumplir una responsabilidad, sudar y limpiarse no tiene sustituto, incluso en la dureza de la derrota.

    Entones ¿Por qué hay casos de jugadores o entrenadores involucrados en fechorías? Tipos que perdieron la brújula a pesar de que estaban involucrados en una práctica física integral, evolutiva a ser mejores seres humanos.

    Casos de abuso sexual, violencia doméstica, alcoholismo, drogadicción o cualquier otro delito que nada tiene que ver con la naturaleza del deporte.

    VIOLENCIA

    El espíritu competitivo de un atleta o entrenador es una llama que muchas veces se convierte en incendio que consume. Es un modo de conducta que no se controla tan fácilmente como apagar la estufa. El jugador de futbol americano tiene que competir hasta en el descanso, en todo lo que hace dentro y fuera del terreno de juego. Algunos no lo entienden, los que saben de deporte sí.

    Cuando compiten en el terreno deportivo y no hay resultados positivos empieza una mezcla de sentimientos que involucran emociones muy profundas, que no cualquier ser humano puede controlar. Se supone que un deportista es un ser maduro, pero no siempre sabe controlar las victorias o derrotas. Es cuando se involucra en situaciones que le sirven para supuestamente apagar esa llama competitiva que no encontró satisfacción en el campo de juego.

    Se han hecho infinidad de estudios sicológicos y sociológicos para comprender por qué un jugador de cualquier deporte se mete en problemas con la justicia, pero casi siempre se cae en el dato trivial que no responde a la pregunta inicial.

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    Si esos estudios fueron realizados por alguien que no sabe de deportes o no entiende de espíritu competitivo, entonces no se llegará a nada. Hay que observar el fenómeno desde la perspectiva del atleta, su interior, su deseo de sobresalir en todo lo que haga fuera o dentro del terreno de juego. Su conducta final es una consecuencia de la fortaleza o debilidad interna.

    DROGAS

    Un jugador de futbol americano sufre las consecuencias del dolor físico después de cada partido. Cuando el público sale del estadio el deportista inicia su largo y meticuloso proceso de recuperación, sacarse los golpes y sanar las heridas lo más pronto posible porque viene el siguiente partido. Para lograrlo requiere muchas veces de una voluntad férrea que no se publica en los periódicos.

    Para sanar rápido de los golpes recibidos el inquietante espíritu competitivo empieza a revolucionar el interior del atleta. Curarse pronto es cuestión de control médico, muchas veces ignorado por la urgencia de participar de nuevo en el campo para ganar. Inmediatez que provoca descontrol médico reflejado en consumo de sustancias necesarias pero ingeridas en dosis no adecuadas.

    La receta descontrolada medicamente se transforma en una necesidad para seguir compitiendo, un recurso que se llama dopaje y que termina en la tumba.

    SEXO

    El jugador de futbol americano colegial o profesional siempre vive iluminado por los focos de la atención mediática, el público quiere saber, conocer, imitar, hablar y hasta pensar como la figura que admira.

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    Si ese deportista pierde la dimensión real del suceso puede verse solitario en el universo. Un atleta puede recibir miles de cartas, ser un fenómeno de acuerdo con los parámetros de redes sociales, siempre estar solicitado. Pero nunca se detiene a pensar que ese número de gente que lo busca ni siquiera es el uno por ciento de la población mundial, la cual en su mayoría está interesada en otros conflictos que azotan al planeta.

    Al verse buscado por el público, su inquietante espíritu de competencia le dice: Ve hacia allá… encontrarás satisfacción a todos tus deseos, la gente quiere darte todo lo que tiene. La llama se enciende y de nuevo pierde el control hasta convertirse en incendio muchas veces sexual.

    FACTORES

    Estos son solo algunos factores que el jugador de futbol americano enfrenta cuando no sabe controlar su espíritu competitivo. Pero no es lo único que lo puede destruir. Existen diversas situaciones que un atleta debe enfrentar para salir adelante y van desde su origen: Pobreza o riqueza; el lugar dónde nació; familia funcional o disfuncional; violencia en las calles. Luego como atleta puede verse influenciado por todo lo que se piensa propio del “hombre de mundo”: Alcohol, drogas, sexo. Y por supuesto el pago por su rendimiento deportivo, muchas veces en dinero que nunca vio junto, que ahora se convierte en su dueño y no al contrario. Todos factores del entorno.

    El interno es otra faceta muy ligada al espíritu competitivo.


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