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    Tiger Woods y Rory McIlroy, listos para el Masters de Augusta

    El Major de Georgia es el campo idílico de la leyenda estadounidense donde ganó cuatro chaquetas verdes antes de cumplir 30 años y único torneo que le falta al norirlandés.

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    Por:
    TUDN

    Tiger Woods of the United States and Rory McIlroy of Northern Ireland stand on the 13th tee during the fourth round of the World Golf Championships-Dell Technologies Match Play at Austin Country Club on March 30, 2019 in Austin, Texas.

    Imagen Getty Images
    Tiger Woods of the United States and Rory McIlroy of Northern Ireland stand on the 13th tee during the fourth round of the World Golf Championships-Dell Technologies Match Play at Austin Country Club on March 30, 2019 in Austin, Texas.

    El Masters debió haber sido el primer grande ganado por Rory McIlroy. Ahora es el único que le falta.

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    Augusta National es el campo idílico de Tiger Woods. Aquí fue donde ganó cuatro chaquetas verdes antes de cumplir 30 años.

    Ahora tiene 43 y ha sido sometido a ocho cirugías de la espalda. Ha pasado tanto tiempo que el club ha cambiado de presidente dos veces desde su última victoria, hace 14 años.

    Woods y McIlroy son los principales participantes en el torneo que empieza el 11 de abril. Comparten el escenario con un elenco cada vez más competitivo: 23 de los últimos 25 campeones de las grandes citas figuran dentro de los 25 puestos del ránking mundial.

    Uno está tratando de meterse en la élite del golf en busca del título que le falta para completar el Grand Slam. El otro está tratando de revivir sus días de gloria.

    Woods siempre ha dominado el Masters, a tal punto que el domingo su camiseta roja atrajo tanta atención como la chaqueta verde. En ocasiones anteriores, cuando se le veía enfilar hacia la cena del Club Masters, uno no podía evitar pensar si él algún día volvería otra vez a jugar en el torneo, y ni hablar de ganar. Fue apenas pocas semanas después que Woods fue operado por cuarta vez de la espalda, a fin de fusionar las vértebras.

    Woods no sólo regresó, sino que coronó su regreso con una victoria en Georgia el año pasado, llevándose su 80va victoria en la gira de la PGA. Pero fue en East Lake a finales de septiembre, no en Augusta National en abril.

    ¿Se puede hablar de un regreso triunfal de verdad, si no se ha llevado uno de los grandes torneos?

    El año pasado Woods aún se recuperaba de su cirugía. Venía de dos reñidas competencias en Florida, pero no hizo par en el Masters hasta el último día, cuando ya era demasiado tarde.

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    Ahora está preparándose intensamente, y si bien sus resultados en cinco torneos en lo que va del año no han sido demasiado impresionantes, Woods tiene la mirada fijada en esta semana.

    "Estoy exactamente donde debo estar”, declaró el golfista. "Me he vuelto un poquito más consistente en la cancha, y creo que todo marcha bien con miras a abril”.

    Sus últimos dos torneos grandes fueron reveladores ya que en ambos estuvo en la pelea hasta el final. Por un tiempo breve estuvo de primero en el Abierto Británico en Carnoustie. Compitió reñidamente contra Brooks Koepka hasta la última fase del Campeonato de la PGA.

    McIlroy tenía razones para pensar que para ahora ya habría ganado el campeonato. Fue en el 2011 cuando iba con ventaja de cuatro golpes, pero la desperdició.

    Se recuperó y ganó cuatro de los próximos 15 torneos grandes, antes de ser afectado por unas cuantas lesiones.

    “Años atrás estaría diciendo: ‘Necesito ganar un Masters, necesita el chaleco verde’. Ahora es: ‘Quiero ganarlo, me gustaría ganarlo’, señaló el norirlandés. “Pero si no puedo, voy a estar bien. Alguna gente dirá que no me motivo lo suficiente. Creánme que estoy lo suficientemente motivado para hacer lo mejor posible y estampar mi nombre entre los grandes de nuestro deporte”.

    Tiger Woods se paró en frente del tee para la salida en el hoyo 1 y sucedió algo que quizás se imaginaba pero no supo sopesar hasta que lo vivió: una estruendosa ovación que lo hizo sonreír.
    No pudo corresponder como él hubiera deseado al público: el tiro se salió de los límites. Nerviosismo quizás, adaptación al nuevo entorno.
    Pero la maestría y carisma de Woods fueron un imán, multitudes en el recorrido lo siguieron muchos aficionados que nos podríamos atrever a decir, solo estaban ahí por él.
    No fue la mejor ronda para Tiger en este día inaugural del WGC México, pues se apuntó tarjeta de 71.
    Aunque se empezó a separar de los líderes, como el norirlandés Rory McIlroy (-4), todavía tiene margen de maniobra.
    Aunque sin lugar a dudas, lo importante será pasar el primer corte y empezar una remontada, algo que se sabe puede hacer.
    Tiger ha sido una de las figuras más influyentes en este deporte en los últimos 20 años.
    Considerado por muchos como el mejor de todos los tiempos, es un tipo que ha mostrado muchas caras.
    A lo largo de su vida ha tenido altibajos, momentos gloriosos y otros escabrosos.
    Pero lo que es irrefutable, es que Woods es un luchador, es un tipo perseverante, que se ha tenido que resarcir de una imagen profesional y pesonal dañada tras la separación de su ahora exesposa Elin Nordegren.
    Aunado al tema personal, que terminó invariablemente por influir en lo profesional, con depresión, ansiedad y demás daño colateral, vinieron las lesiones.
    Y por eso es que Woods no ha dejado de ser un ídolo, porque si bien es cierto que no ha vuelto a alcanzar ess niveles increíbles de sus mejores años, Tiger ha sido una fiera en la vida.
    Ese espíritu combativo, esa tenacidad, la capacidad de sobreponerse a la adversidad, por muy severa que esta sea, es lo que ha vuelto a cautivar a los aficionados de Woods y al golf a volver a seguirlo.
    Ha sido un camino de claroscuros para Tiger en su carrera después de la caída estrepitosa, pero ahora, a diferencia de ese duro momento, la gente valora más su esfuerzo por prevalecer.
    Todo un privilegio para los aficionados de México ha sido poder mirar en vivo el swing, el juego corto y el trabajo en el green de Woods.
    La mejor noticia es que todavía faltan varios días de presencia de Woods en México, así que no queda más remedio que disfrutarlo.

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    Tiger Woods se paró en frente del tee para la salida en el hoyo 1 y sucedió algo que quizás se imaginaba pero no supo sopesar hasta que lo vivió: una estruendosa ovación que lo hizo sonreír.
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