Bien dicen que los Juegos Olímpicos se conquistan con medallas pero se nutren con historias. Hay imágenes que pasan a la posterioridad por un sentimiento que el mismo evento se encarga de impulsar.
“Sí, quiero”, la respuesta de amor y tolerancia que se dio en Río 2016
Isadora Cerullo y su novia dieron una de las imágenes más entrañables en lo que va de Juegos Olímpicos.
![Isadora Cerullo besa a su novia luego que le propusieran matrimonio](https://prod-fullevo-webapp.tudn.com/_next/image?url=https://st1.uvnimg.com/5f/e4/036337b14c9d88c0d5250ef16e58/14707511424149.jpg&w=1920&q=75)
No siempre el más rápido, el más alto o el más fuerte pasa a la historia. El lema de los Juegos Olímpicos es mucho más amplio y en ocasiones tendría que reconsiderarse pues las anécdotas más gloriosas no siempre se dan en la victoria.
Poco importa que el equipo de Rugby 7 brasileño haya quedado en el noveno sitio en el escalafón de dicho deporte. Lejos de la medalla, lejos de la gloria, Isadora Cerullo encontró su victoria a unos metros del lugar donde la derrota la eliminó.
![No hubo un triunfo deportivo, pero si uno personal para Cerullo](https://prod-fullevo-webapp.tudn.com/_next/image?url=https://st1.uvnimg.com/45/65/e62de0fa45948beedcab06607aa2/14707511139127.jpg&w=1920&q=75)
La jugadora de rugby fue interceptada por su novia llamada Marjorie, una voluntaria olímpica, quien le hizo una propuesta para que ambas se casaran. “Un Sí, quiero”, retumbó a unos metros de las gradas donde la esperaban decenas de medios de comunicación atentos a disparar sus flashes para inmortalizar uno de los mejores momentos de los Juegos Olímpicos.
Sellando el momento con un beso, Isadora y Marjorie dan un mensaje de tolerancia y respeto a un mundo que en muchos sitios, se resiste a aceptar la igualdad de género y los derechos de la comunidad LGBT. Como en casos así, no hay medalla que celebre un triunfo tanto personal como general.