Juegos Olímpicos

    Semenya es una atleta tan privilegiada como Ledecky o Biles

    La gimnasta Simone Biles y la nadadora Katie Ledecky han sido tanto o más dominantes que Caster Semenya, pero su género no ha sido cuestionado. ¿Por qué?

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    Por:
    TUDN

    Caster Semenya aviva la polémica sobre el hiperandrogenismo.

    Imagen Getty Images
    Caster Semenya aviva la polémica sobre el hiperandrogenismo.

    La sudafricana Caster Semenya, campeona mundial de 800 metros en el 2009, bajó su récord personal hasta 1:55.28 y se proclamó campeona olímpica con gran autoridad sobre el resto de las competidoras, avivando la polémica sobre el hiperandrogenismo.

    Caster tenía 18 años cuando dominó los 800 metros en el campeonato mundial de atletismo en el 2009, ganando por más de dos segundos, en ese momento una compañera competidora la llamó "hombre". Además, para avivar la polémica, Pierre Weiss, el secretario general de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, dijo, "Ella es una mujer, tal vez no al 100%."

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    El éxito de Semenya condujo a una política promulgada en el 2011 por la I.A.A.F. que restringía los niveles permitidos de testosterona, que se producen naturalmente alta en algunas mujeres. Esa condición se denomina hiperandrogenismo.

    Las mujeres atletas por encima del umbral de testosterona de 10 nanomoles por litro, lo cual está en el extremo inferior de la gama masculina, enfrentaban la posibilidad de medidas invasivas, humillantes y potencialmente riesgosas si querían seguir compitiendo. Esto incluía medicamentos hormonales para suprimir la testosterona y cirugía para eliminar testículos internos, que pueden producir la testosterona.

    El año pasado, el Tribunal de Arbitraje del Deporte, el alto tribunal con sede en Suiza para el deporte internacional, suspendió la política de testosterona en el atletismo por dos años.

    El tribunal dijo: "no se puede concluir que las mujeres atletas con hiperandrogenismo pueden beneficiarse de una ventaja de rendimiento tan importante que es necesario excluirlas de competir en la categoría femenina."

    Como señaló el panel de arbitraje, la ciencia no ha demostrado de forma concluyente que los niveles elevados de testosterona proporcione a las mujeres una ventaja competitiva significativa.

    Pero es que todos los atletas olímpicos tienen rasgos excepcionales. Es por eso que son atletas de élite. No cualquiera llega a unos Juegos Olímpicos.

    Los maratonistas de Kenia y Etiopía viven y entrenan en altitud, mejorando de forma natural como procesan el oxígeno, además tienden a tener las piernas largas y delgadas que los convierten en atletas más eficientes. Kevin Durant es un jugador excepcional de baloncesto, en parte por sus casi 7 pies de altura. Son seres humanos fuera de lo normal sin lugar a dudas.

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    Hay argumentos razonables en ambos lados del debate. Es un tema extremadamente complejo, que incluso abre el debate a la participación olímpica de atletas transexuales. Pero muchos siguen preocupados de que el deporte femenino se verá amenazado si se permite que algunos atletas compitan usando testosterona para buscar ventaja.

    La inglesa Paula Radcliffe, poseedora del récord mundial de maratón femenino, expresó a la radio BBC el mes pasado que "eso no es deporte", cuando una victoria está practicamente asegurada, como la de Semenya.

    Pero Radcliffe fue un fenómeno más impresionante que Semenya. Su récord de maratón de 02:02:57 es 10% más lento que el tiempo de 02:02:57 de los hombres. Mientras que el mejor tiempo de Semenya en los 800 metros es de 1:55.28 segundos, que no es el récord mundial, vale destacar, es aproximadamente 12% más lento que el récord de los hombres de 1:40.91.

    La realidad es que Radcliffe y los ganadores de medallas de oro en Río son atletas que van más allá de lo normal. La gimnasta estadounidense Simone Biles y la nadadora Katie Ledecky han sido más dominantes que Semenya, pero su género no ha sido cuestionado en ningún momento. Si somos objetivos podemos decir que la sudafricana no es más excepcional que las estadounidenses, entonces por qué las celebramos a ellas y a Semenya la crucificamos.

    La Asociación Médica de los Estados Unidos ha dicho que es apropiado que los atletas que nacieron con un trastorno en el desarrollo sexual y crecieron como mujeres deben competir como mujeres.

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    "Dios me hizo como soy y me acepto a mí misma," expresó Semenya en una entrevista en el 2009. "Yo soy lo que soy, y estoy orgullosa de mí misma."

    Realmente sería muy injusto decir: "Lo sentimos, no puedes participar en los Juegos Olímpicos debido a cómo naciste."

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