RÍO DE JANEIRO. No. Lo mejor será que no te metas con ellos. Te hablo de los chicos de traje blanco ceñido al cuerpo. Los del rostro incógnito detrás de la máscara son terriblemente veloces. No, no te lo recomiendo. Les encantan los duelos y no dudarán en retarte o aceptar un frente a frente. Es genético. Lo necesitan. No. No lo hagas, puedes ser exhibido. Te enfrentarás a personas que han ‘entrenado’ lo suficiente su sistema nervioso central y te liquidarán. Veloces e inteligentes, menuda combinación. ¿Si supieras que te enfrentarías en un duelo de espada a Karl Marx, William Shakespeare o George Washington, lo intentarías?
Te lo advierto, si estás allí arriba en la pista, no sólo deberás tocarle con la espada, el florete o sable el cuerpo, tendrás que imponerte a su extraordinaria capacidad de dominar el escenario. Deberás derrotar a su mente. Esgrima. Así se llama lo que practican ellos.
Aquí en Río se escuchan en la Arena Carioca 3 el toque de los metales, “tic, tic” y luego más rápido “tic, tic, tic, tic…” y después un grito como si alguien hubiera ganado la guerra. Lo que ocurrió es que alguien sumó un punto.
Duelos a espada. Sí, como los de la Edad Media. El esgrima es de los deportes olímpicos que más necesitan de la inteligencia para derrotar a su oponente. El músculo que más ejercitan probablemente es el cerebro.
“Velocidad, rapidez, dinamismo”, así define Giorgio Avola, florete número 5 del mundo, a su deporte. Hace unos minutos le acaba de dar una repasada a Daniel Gómez. “En este deporte no te puedes desconcentrar, no puedes dejar de ser inteligente. Si pierdes la concentración, eso te cuesta”, reflexiona el mexicano. Y todo eso le ocurrió.
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Algunos estudios científicos enumeran una lista cualidades que desarrollan los esgrimistas: control psicológico, autoconciencia, coordinación, balance, voluntad, autocontrol, seguridad, autoconfianza, agudeza, rapidez de percepciones visuales, reacciones motrices, resistencia general, tensión física y psicológica.
Imagen Gabriel Rossi / STR
Una de las competencias que más habilidad requieren
¿Será este el motivo por el que el comunista Karl Marx practicaba esgrima?, ¿dónde quedó el manual de esgrima de René Descartes?, ¿qué les parecería un duelo entre George Washington vs. Voltaire? Estas respuestas no las conoceremos. Sólo hay registros visuales de su afición por el esgrima y el único papel físico que hay… está perdido. El padre de la geometría analítica y filosofía moderna, Descartes, fue el único de los grandes pensadores de la historia que decidió escribir sobre esgrima, pero nadie tiene registro del documento.
La lista de la grandes mentes que han practicado esgrima es enorme: Napoleón, Bismark, Dumas, Shakespeare, Churchill. Si algo les distingue a todos son precisamente las habilidades que detallan los estudios científicos sobre el esgrima. Lo principal, su capacidad de pensar, crear… y en algunos casos de destruir.
“Son duelos psicológicos donde se impone el más sereno”, reflexiona Daniel con el cuerpo lleno de sudor y con la frustración de terminar un sueño olímpico en nueve minutos.
¿Qué tan bueno eres para pensar?, ¿qué tan fuerte es tu mentalidad?, ¿eres capaz de pensar y ejecutar al mismo tiempo? El esgrima, es el deporte de los grandes pensadores.
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I van Pérez es Editor de deportes del periódico El Economista, fundador de Cámara Húngara y colaborador de Forbes México. Ganador del premio 50 años de la Copa Libertadores en la categoría de prensa escrita. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México, Licenciado en Periodismo por el PART, becario del Programa Prensa y Democracia (Prende).
