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    Chris Sharma escala una secuoya roja gigante

    El legendario escalador conquista la cima de uno de los árboles más altos del mundo. Entrevista exclusiva a Chris Sharma sobre su hazaña. 

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    Por:
    Univision.com.
    Publicado el 23 jun 15 - 04:30 PM CDT. Actualizado el 31 mar 16 - 01:46 PM CST.

    El escalador profesional Chris Sharma volvió a su natal California para realizar una hazaña sin precedentes: escalar el tronco de una secuoya roja de más de 200 pies de altura. Sharma, quien es uno de los más destacados atletas de escalada deportiva en el mundo, utilizó únicamente sus manos y pies para ascender por la corteza del árbol, y empleó un arnés y una cuerda para proteger las caídas.

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    El escalador californiano coordinó con un equipo de Red Bull para solicitar los permisos necesarios que le permitieran realizar la hazaña y trabajó con Anthony Ambrose y Wendy Baxter, dos botánicos expertos en secuoyas, para garantizar que el ascenso tuviera un mínimo impacto sobre el árbol y, al mismo tiempo, para recolectar datos sobre el efecto que la actual sequía ha tenido en las secuoyas gigantes.

    Chris Sharma es uno de los mejores escaladores de la historia. Nacido en Santa Cruz, California, Sharma no solo ha ganado innumerables campeonatos nacionales e internacionales, sino que además ha realizado algunos de los primeros ascensos más difíciles del mundo, entre ellos los de las históricas rutas de escalada Realization (5.15a) y Jumbo Love (5.15b). Desde entonces, Sharma vive entre Cataluña y California, lugares desde los cuales ha actuado como embajador internacional del deporte, y viaja por todo el mundo estableciendo nuevas e innovadoras rutas de escalada.   

    Alma Extrema realizó una entrevista exclusiva a Chris Sharma acerca de su hazaña de la secuoya roja, su amor por la escalada y sus proyectos futuros en su carrera como escalador.

    ¿Cómo surgió este proyecto?

    Yo crecí en Santa Cruz y la escalada me ha llevado a todas partes del mundo. Una gran parte de ese tiempo la ha pasado aquí en Barcelona, España. España tiene algunas de las mejores rutas de escalada del mundo, que son realmente conocidas por unas tobas, o chorreras, que son una especie de costillas de roca que sobresalen de la pared luego de miles de años de haberse formado. Y cada vez que regresaba a Santa Cruz, iba al Parque de Secuoyas Rojas. Cuando regresaba a allí, solía mirar hacia arriba y pensaba que estos árboles son tan grandes como acantilados. No es como si pudieras envolver tus brazos alrededor de ellos. Estás en realidad en la cara de un acantilado y no es como si agarraras sus ramas, sino te aferraras de la corteza. Así que tuve la idea de que sería una escalada realmente innovadora si fuera roca. ¿Pero no sería genial hacer una escalada innovadora pero en un árbol, en vez de en una roca? Solo una idea divertida. Darle una vuelta de tuerca. No tomarlo tan en serio, sino hacer algo genial y único, y rendir homenaje a estos árboles tan asombrosos y a mi lugar de origen. Volver a mis raíces, pero con una perspectiva distinta.

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    He tenido la oportunidad de hacer un montón de primeros ascensos y un montón de rutas difíciles, pero para mí esto fue un honor. Es lo que amo de la escalada, ya que es un reto deportivo, pero tiene un lado creativo al involucrar la búsqueda de nuevas líneas. Esa realmente es mi especialidad. Encontrar nuevas rutas, imaginar nuevas maneras de escalar, nuevas paredes para escalar, nuevos movimientos. Y yo creo que eso es definitivamente lo que hice aquí. Simplemente apliqué ese enfoque a un medio diferente.    

    ¿Cómo se diferencia la corteza de los árboles de la roca en el momento de escalar?   

    Pues, esa fue una de las grandes inquietudes del proyecto. Yo tuve esta idea y se la comuniqué a Red Bull, y ellos se emocionaron, así que me apoyaron e hicieron un montón del trabajo logístico. Ellos sacaron todos los permisos porque todo tenía que hacerse de manera correcta para que no se dañara el árbol en lo más mínimo. Miramos diferentes áreas y un montón de árboles, y escogí este porque tenía una corteza muy sólida. De un árbol a otro la corteza cambia. Y obviamente no es como la roca. Es definitivamente más suave, entonces tuve que usar unos zapatos de escalada que eran como mocasines. Eran suaves y blanditos, y no tenían borde duro para que no lastimaran el árbol. Fue casi como estar descalzo.

    ¿Hubo algo particularmente difícil de la escalada?

    Lo más difícil fue que todos los agarres de las manos y de los pies eran verticales, así que no había lugar para jalar o pararse. Solo estabas pellizcando la cornisa del árbol básicamente durante 200 pies, lo que fue realmente agotador. Lo otro fue descifrar exactamente en dónde agarrarse del árbol, porque no es como si pudieras agarrarte de cualquier parte. Hay ciertas partes que son mejores que otras, así que tienes que saber cuáles son esas partes. Fue realmente complejo y mucho más difícil de lo que esperaba.

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    Si tuvieras que establecer un grado de dificultad para esta ruta, ¿cuál sería?

    Es muy difícil de comparar. Es como comparar manzanas con naranjas. Pero creo que estaría en el rango de 5.14d, una ruta extremadamente dura. Y de hecho no fui capaz de terminarla en un solo impulso. Me terminé cayendo una vez en la mitad. Para mí fue una lección de humildad el haber llegado con este propósito y darme cuenta de que en realidad era una ruta de escalada muy difícil, aún si fuera en roca. Pero para mí, al mismo tiempo, no se trataba de hacer una ruta difícil o de vencer algo. La escalada es muy creativa y artística. Es casi como un arte de performance. Estas rutas que escalamos se terminan convirtiendo más o menos en grandes esculturas. Para mí esto fue simplemente una oportunidad de jugar con esto y de regresar a mis raíces para hacer algo nuevo. A lo largo del proyecto nunca quise que se convirtiera en la conquista de una secuoya roja. No se trataba de eso. Se trataba de investigar algo nuevo y de utilizar mis habilidades para trabajar con estos biólogos, y rendirle homenaje a estos árboles. Fue una experiencia increíble.

    Uno de los grandes objetivos de este proyecto fue recoger datos sobre el impacto que ha tenido la sequía frente a las secuoyas. ¿Cuáles fueron los hallazgos más importantes?

    Fue una oportunidad increíble poder trabajar de la mano con científicos de árboles como Anthony Ambrose y Wendy Baxter, quienes fueron fantásticos. Por supuesto que he pasado mucho tiempo en el Bosque de las Secuoyas, pero nunca antes había estado con biólogos de árboles y aprendido tanto de ellos. Fue interesante porque tomamos unas muestras de los árboles y las pusimos en una especie de cámara de presión para determinar el nivel de estrés bajo el cual estaban los árboles. Lo que Anthony dijo es que estos árboles realmente están bastante bien. Teniendo en cuenta que los días en los que estuvimos hizo frío y estaba lloviendo, en vez de hacer calor, los resultados fluctúan de un día a otro y más aún cuando es más tarde en la temporada, pero esto nos recuerda que estos árboles han estado aquí durante mucho tiempo y que han sobrevivido muchos momentos difíciles. Entonces estoy seguro de que esto es tan solo un pequeño bache en su historia de vida, ¿sabes? Pero fue genial saber que los árboles no están bajo mucho estrés y espero que siga así.

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    Luego de estar tantos años escalando en España y viajando por todo el mundo, ¿cómo te sentiste al volver a trabajar en un proyecto en tu lugar de origen?

    La mayoría de mis proyectos de escalada han sido en Europa últimamente, así que fue genial tener un proyecto de escalada que me haya traído de vuelta a California, sobre todo a la costa californiana, especialmente al Bosque de las Secuoyas. Yo siempre estoy filmando y resaltando lugares hermosos alrededor del mundo, así que fue genial hacer algo sobre mi lugar de origen. Estoy muy orgulloso de donde soy, entonces es genial poder volver y hacer algo que rinda tributo a este lugar y a estos árboles asombrosos.

    ¿Cuáles son tus proyectos futuros?

    Estoy abriendo un centro de escalada en Barcelona. Estoy montando uno en Los Ángeles, estoy haciendo uno aquí, y estoy siendo un embajador del deporte. Es un momento muy emocionante en la escalada en este momento y estoy tratando de conectar a más personas a ella. Realmente creo en la escalada. Ha sido una energía positiva en mi vida y la vida de casi todo el mundo que entra en contacto con ella. Aparte de eso, tengo un montón de otros objetivos. Todavía estoy motivado y hambriento en la roca. En particular tengo una ruta aquí en España. Tiene más o menos 1,000 pies de altura y puede que sea un 5.15 o algo así. Estas escaladas toman mucho trabajo. Es todo un proceso y eso es lo que es tan gratificante de la escalada y de los primeros ascensos. Tienes que salir y hacer un montón de trabajo. Descifrar por dónde va la ruta. Algunas de las rutas que escojo están justo en mi límite e inclusive un poco fuera de mi límite. Te obliga a ser un mejor atleta y muchas veces me doy cuenta de que no soy lo suficientemente fuerte. Tengo que entrenar, convertirme en un mejor escalador y de ahí es de donde viene mi motivación e inspiración. Escalar es un proceso. He tenido un montón de diferentes proyectos a lo largo de los años, así que se trata de conocerte a ti mismo más y más. Y una vez llegas a la cima estás tan feliz que, aunque es un gran sentimiento, ya estás pensando en el siguiente proyecto. Es realmente una metáfora de la vida. No es como si llegáramos al último agarre en la cima y no hay adónde ir después. Es un constante proceso de perfeccionamiento y de darnos cuenta de que somos capaces de más. Nunca se agota. Siempre hay algo nuevo. Tienes que seguir intentando con más fuerza.

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