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    Análisis: esta es la clave de la paliza del PSG al Barcelona

    La escuela del “tiki-taka” con que el Barça lo ganó todo privilegia conceptos como el toque y la calidad individual a costa del esfuerzo colectivo.

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    Por:
    TUDN

    La goleada 4-0 de Paris Saint Germain contra Barcelona en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League no solo fue una sorpresa general, sino que es la mejor muestra de cariño del equipo parisino por sus hinchas.
    Barcelona llegó a este partido con dos series a su favor en las pasadas fases eliminatorias de Champions tras imponerse en 2012 y 2015.
    PSG buscaba levantar su nivel luego de un comienzo de temporada en el que no es líder en Francia y en el que perdió el primer lugar en la fase de grupos de la Champions ante el Arsenal.
    La fiesta y el colorido mostraron que el local tendría el apoyo de sus seguidores, sin importar que la ventaja histórica la tuvieran los visitantes.
    A pesar de los resultados de la primera parte de la temporada, los fanáticos mostraron su confianza por el equipo parisino, que aún marcha invicto en esta edición de la Champions.
    El técnico Unai Emery, viejo conocido del Barcelona, preparó el partido para romper esa racha negativa en Champions en el estadio Parque de los Principes.
    El alemán Julian Draxler fue desequilibrante por las bandas y dejó mal parada a la defensa blaugrana, que no encontró la fórmula para detenerlo.
    El argentino Ángel Di María anotó el primer gol al minuto 18, con lo que le dio la tranquilidad a los de casa en la serie.
    Barcelona no encontró la efectividad para llegar con claridad al arco del PSG, que incomodó al equipo catalán al cerrarle espacios de ataque.
    Al minuto 40, PSG marcó su segundo tanto por medio de Draxler, que llegó como refuerzo este año y se acopló rápidamente al equipo.
    Lionel Messi no tuvo el brillo de otras jornadas y sintió la intensidad en la marca de su rival. 'La Pulga' estaba molesto.
    El primer tiempo se fue con la alegría para PSG, que se notaba muy superior a un rival que solía amargarle la vida en casa.
    El segundo tiempo mantuvo el dominio local y al minuto 10 del complemento fue de nuevo Di María quien puso el 3-0 con un golazo al ángulo tras remate fuera del área.
    Al minuto 27 del segundo tiempo, el uruguayo Edinson Cavani puso el 4-0 que parece sentenciar la serie de octavos de final, luego de una gran jugada de Drexler.
    Cavani fue uno de los jugadores destacados en la cancha, al abrirle espacios a sus compañeros y además sumar en la cuenta. La defensa catalana no pudo detener al PSG.
    La fiesta en el estadio Parque de los Principes está más que justificada, pues en los últimos dos juegos el saldo era de un empate y una derrota.
    El ataque del Barcelona quedó totalmente desactivado y sus goleadores se vieron impotentes. No hubo oportunidades claras para el descuento.
    La felicidad del PSG está además en que no recibió goles en casa, factor que en los desempates son determinantes para la clasificación.
    El PSG le dio un gran regalo a su afición en casa con un triunfo con goleada, pero tendrá que ratificar en el juego de vuelta en el Camp Nou su clasificación para no romper el corazón de sus hinchas.

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    Imagen Getty Images
    La goleada 4-0 de Paris Saint Germain contra Barcelona en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League no solo fue una sorpresa general, sino que es la mejor muestra de cariño del equipo parisino por sus hinchas.

    Tras el 4-0 sufrido por el FC Barcelona en el Parque de los Príncipes surgieron dos explicaciones para tal debacle: que fallaron las individualidades (desde el consagrado Messi hasta el criticadísimo André Gomes) y que falló el toque en la media (Busquets e Iniesta brindaron su peor juego).

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    Sin embargo, la falla de las individualidades del Barcelona implicaría que las del PSG salieron en plan grande. Esto quizás es así para el caso particular de Ángel Di María, pero hombre por hombre la escuadra de Unai Emery (con “desconocidos” como Kurzawa, Kimpembe o Meunier) es inferior a la de Luis Enrique.

    En otras palabras, no se puede hablar ni de fallas individuales ni de escaso control de medio campo como explicación al dramático colapso del Barcelona. La explicación más convincente es que el PSG, colectivamente, (como equipo y no como grupo de individuos), jugó mejor que su rival.

    Al final de cada partido de Champions League, la Uefa publica en su portal un reporte estadístico detallado. Pases acertados, pases fallados, intercepciones, centros, tiros, etcétera.


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    Además de disparar más del doble de veces que el Barcelona (16 contra siete en total), el PSG corrió ocho kilómetros más (113 contra 105). La Uefa calcula cuánta distancia recorre cada jugador mediante tecnología de detección de calor y al final suma los acumulados para determinar qué equipo corrió más.

    Aunque la distancia total recorrida parece un número irrelevante, en realidad se trata de la clave del fútbol de élite (dispara más quien más veces llega a posición de disparo, y esto se logra corriendo). En el 2013, el analista inglés Michael Cox halló que el Borussia Dortmund de Klopp logró vencer al Arsenal de Wenger porque los alemanes corrieron más (117 kilómetros contra 106 kilómetros).

    “Todos los entrenadores hablan sobre movimiento, sobre correr mucho. Yo digo que no es necesario correr tanto. El fútbol es un juego que se juega con el cerebro” decía Johan Cruyff, la leyenda holandesa que fundó la escuela del “tiki-taka” en el FC Barcelona. En vida, Cruyff solía restar importancia al esfuerzo colectivo porque él era un crack total, uno de los mejores individuos de la historia.

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    Con un once parchado e incapaz de competir por el control del medio campo contra el Barça, el París Saint-Germain logró una victoria contundente porque como equipo superó a su rival (anotó más porque disparó más porque corrió más). A menos que Messi y compañía logren la voltereta, este 4-0 es sinónimo de un cambio de paradigma en el fútbol internacional.

    @CesarKickoff

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