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    Opinión | La vida no es justa: Buffon y su amargo adiós de la Champions

    El portero reclamó airadamente ante lo que consideró una ‘injusticia’, fue expulsado ante el Real Madrid y se despidió de la Champions League.

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    Por:
    Juan Carlos Cedeño.

    El portero italiano reclamó airadamente al árbitro Michael Oliver.

    Imagen Gettyimages
    El portero italiano reclamó airadamente al árbitro Michael Oliver.

    A veces existen campeones sin corona, héroes que no logran el objetivo, pero si el respeto por sus acciones, Gianluigi Buffon es uno de ellos, la Champions y él nunca lograron encontrarse, parece que el ‘nono’ se irá con la amargura de no haber conquistado la orejona. Buffon ha tenido hazañas increíbles, e incluso conquisto la Copa del Mundo, pero su cuenta pendiente siempre será la Champions.

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    Lo que pasó en las semifinales entre Real Madrid y Juventus ha dividido opiniones por una marcación a los 97’ minutos, una jugada milimétrica que se marcó y que de igual forma si no se hubiera sancionado habría desatado una ola de reacciones; más allá del tema con Real Madrid, la reacción de Buffon me parece entendible, su escuadra había trabajado todo el encuentro de gran forma, con orden e inspirados en la gesta de la Roma, que un día antes había despachado al Barcelona.

    Buffon se sintió ultrajado, robado; la ira lo invadió ante lo que consideraba injusto y su reacción le costó además la expulsión, no tuvo ni siquiera la oportunidad de tratar de detenerle el penalti a Cristiano Ronaldo. Cuando terminó el encuentro sus palabras describieron su accionar.

    “Si tienes el cinismo de concederlo no eres un hombre, sino un animal. El árbitro tiene un cubo de basura por corazón”, dijo Buffon respecto al árbitro central Michael Oliver.


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    Por el momento no ha confirmado un adiós, pero parece que esta fue la última vez que se pudo ver a Buffon disputando una eliminatoria de Champions en el rectángulo verde; un amargo adiós, una historia sin final feliz, y probablemente la despedida más agria de una leyenda desde el Mundial de 2006, cuando Zidane perdió la Copa del Mundo ante las provocadoras palabras de Marco Materazzi.


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