¡'USAn' la cabeza! Empate de Estados Unidos

Un cabezazo puede ser la diferencia entre codearse con las sombras más temidas del abismo o los cantos más hermosos de los cardenales en las alturas, solo una fracción de segundos y Estados Unidos aprendió esa moraleja tras empatar 1-1 con Uruguay en el Busch Stadium, casa de los St. Louis Cardinals.

Un remate de cabeza de Jordan Morris aderezó un encuentro que parecía arrojar muchas dudas en la escuadra de las barras y las estrellas, superada por gran parte del encuentro pero que tuvo el temple para evitar la derrota ante los siempre aguerridos celestes.

Quizás todavía adormecidos por la goleada sufrida ante México el viernes pasado, el Team USA sufrió para adaptarse a la cancha del Busch Stadium. Si Uruguay no se fue al frente del marcador fue por Brad Guzan o por los tibios remates de Rodríguez y Vecino, como si cardenales bajaran a estorbar a los sudamericanos a la hora de buscar la meta contraria.

Pero los norteamericanos sufrían algo similar. Boyd y Morris extraviaron la puntería (sobre todo el primero en un remate de frente a una solitaria meta que salió a la tribuna) para que los ánimos de Estados Unidos se hundieran todavía más.

Por si fuera poco, para los dirigidos por Gregg Berhalter, la escuadra charrúa se decidió a matar en la parte complementaria. Brian Rodríguez firmó un golazo que incluyó un tiro cruzado que dejó sin oportunidades a Guzan y que exhibió a la zaga local. Después, los dirigidos por Óscar Washington Tabárez no soltaron el dominio ni la posesión.

Entre un mar de imprecisión, el Team USA sacó oro de donde solo había fango. Con el marcador en contra y las líneas totalmente abrumadas por los sudamericanos, una parábola por la derecha que parecía de trámite para la aguerrida 'garra' encontró la cabeza de Jordan Morris quien, sin oposición en la meta, puso el empate y, por fin, una razón para que el Bush Stadium se enervara a un nivel ambiental digno de Serie Mundial, como en las mejores épocas de Mark McGwire.

Uruguay no volvió a aparecer en el resto del encuentro salvo un par de llegadas furibundas que resultaron en tiros cruzados. Estados Unidos, que también sufrió la falta de marcación de un penal por una mano de Giménez, se olvidó al menos un poco de su amargo encuentro ante México, aunque el proyecto Berhalter todavía tiene mucho por demostrar antes de alcanzar la paz que solamente dan el canto de los cardenales en un día soleado.