Soñadoras, valientes, trabajadoras, pero sobre todo luchadoras. Este 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer el objetivo es crear conciencia de los desafíos y las luchas que aún enfrentan las mujeres en distintas partes del mundo. Hoy reconocemos a todas las mujeres de Arizona en su día.
La National Women's Soccer League (NWSL) se convirtió en la primera liga de Estados Unidos en volver a las canchas tras la crisis del coronavirus. Durante el primer encuentro del Challenge Cup, las jugadoras de
North Carolina Courage y Portland Thorns se arrodillaron en señal de protesta, y mostraron su respaldo al movimiento Black Lives Matter.
Son mujeres y son poderosas. Este fin de semana la primera se convirtió en la gimnasta más condecorada de la historia, la segunda, con 15 años, en la campeona de tenis más joven y la tercera corrió 26,2 millas batiendo un récord mundial.
Al completar las 26.2 millas de la maratón de la ciudad californiana, María del Carmen Tun Cho se convirtió en la primera atleta maya en hacerlo. Para ella, terminar la carrera es una victoria. "No buscaba competir (...) lo hice por representar a las mujeres mayas de Guatemala”, afirmó al terminar la carrera.
Esta no será su primera carrera, pero sí será la primera vez que sus caites y colorido traje típico le demuestren al mundo la determinación y fortaleza de la mujer indígena.
La puertorriqueña Mónica Puig, la colombiana Caterine Ibargüen o la brasileña Rafaela Silva son algunas de las atletas latinas que están haciendo historia en estos Juegos Olímpicos con sus méritos deportivos.
Mientras baten récords y ganan medallas, las atletas de los Juegos de Río están demostrando al mundo su capacidad para superar adversidades y romper prejuicios. Desde una joven refugiada que salvó su vida gracias a su talento como nadadora, hasta la veterana gimnasta que ya ha competido en siete olimpiadas. Esta es la historia, en imágenes, de inspiradoras mujeres.
Con dos afroamericanas y una puertorriqueña en el grupo, cinco gimnastas estadounidenses pusieron en alto, una vez más, el nombre de su país en los Juegos Olímpicos.
Los padres de Mónica Arango temían que las vacaciones terminaran en tragedia y decidieron enseñarle a nadar. Allí se enamoró del nado sincronizado y ahora, junto a Estefanía Álvarez, representará a Colombia en Río.
El de 2 julio un incendio consumió el centro olímpico de Chile y solo se lograron salvar algunos de los botes de entrenamiento. ¿Lograrán Melita y Josefa dar la talla en esta competencia tras todos sus percances?
Denia Caballero era mediocre en salto largo, pero terminó encontrando su camino en el lanzamiento de disco. El trabajo con su entrenador, que también es su pareja, la ayudó al cambio hasta alcanzar la cima en la especialidad.
Las Leonas son el equipo femenino más importante de Argentina. Segundas del escalafón mundial de hockey sobre césped, las niñas crecen queriendo ser como ellas y es por eso que cada vez más mujeres practican este deporte.
La uruguaya Dolores Moreira no servía para los deportes en equipo. De hecho, escogió la vela porque le gusta tener toda la responsabilidad, porque quiere ser la única que toma decisiones. Ella no es favorita. Tampoco quiere serlo. Solo quiere ganar experiencia.
Paola Pérez es ecuatoriana, mide menos de metro y medio y compite en marcha. Su zancada es corta, se siente en desventaja con sus rivales y las constantes descalificaciones la hicieron pensar en el retiro.
En la familia de la mexicana Maria del Rosario Espinoza no aprobaban su gusto por el taekwondo. “No la lleves a practicar ese deporte, es para niños”, le decían a su padre, pero él no hizo caso a esas palabras.
Aunque nació en Miami, sus primeras palabras en inglés las dijo a los seis años. Hija de cubanos, Angélica Delgado era una niña “gordita" y de poca actividad física, hasta que encontró en un armario el viejo yudogui de su padre.
La colombiana Leidy Solís nació en Tuluá, el mismo municipio del famoso Faustino Asprilla y uno de los lugares más violentos de Colombia y del mundo. Se sobrepuso a las balas y la escasez, pero también a las lesiones.
Las brasileñas Ágatha Bednarczuk y Bárbara Seixas confiesan sin tapujos que lloran a mares ante los obstáculos. Sin embargo, se secan las lágrimas durante los entrenamientos, porque nunca paran de practicar.