La semana pasada una de las noticias que más llamó la atención en el campo del deporte mexicano fueron los anunciados cambios que la Olimpiada Nacional tendría y que se aplicarían a partir de este año, pero que encendió los focos de alerta en los jóvenes deportistas y los entrenadores, a quienes nadie tomó en cuenta.La Olimpiada Nacional, que este año cumple ya dos décadas de llevarse a cabo, inició con el objetivo de convertirse en el mejor escenario para detectar talentos en diferentes deportes para que las selecciones de los Juegos Olímpicos se nutrieron justo de estos chicos. En algunos deportes ha funcionado, pero me parece que no en todos.Tal y como ocurrió en el caso de los propios Juegos Olímpicos, la Olimpiada Nacional también cayó en el gigantismo, lo que se tradujo, no sólo en el incremento de participantes, sino también en el aumento de sus costos, lo que impide que varios sean los estados que se vean imposibilitados de poder organizarlos, además de que para ello necesitan las instalaciones necesarias.El incremento obligó a que las sedes se multiplicaran, el calendario se ampliara y la atención que en las primera ediciones pusieron los medios de comunicación, tristemente, se diluyera, para quedarse sólo con la difusión que pueden tener a nivel local… de un evento que debería presumirse, difundirse en todo el país.Deportistas como Ana Gabriela Guevara en Atletismo, los clavadistas Paola Espinosa, Laura Sánchez, Iván García, Germán Sánchez, Yahel Castillo; María del Rosario Espinoza, Idulio Islas, Edna Díaz en taekwondo, por mencionar a algunos de esta disciplina; Juan José Veloz, Joshua Ilika, Javier Díaz, Fernanda González, Rita Medrano, Paty Castañeda; y una enorme, enorme lista de etcétera en otras disciplinas, fueron parte de este proceso, y para todos ellos estar en esa competencia significó una etapa importante en su vida deportiva.El impacto de una noticia poco, o nada explicada a los directamente involucrados, provocó reacciones como la que escuchó el ex canoísta Manolo Cortina, campeón en los Panamericanos de Rio 2007 y en los Centroamericanos de Mayagüez 2010, hoy entrenador de juveniles, a quien una de sus alumnas, desilusionada, le dijo “profe, ¿ya para qué entrenamos si ya no vamos a competir?”El papel de nosotros, me explicó Cortina, cobra ahora más peso pues tenemos que explicarles que, la Olimpiada es importante, pero no es la única competencia para la que se preparan, pues tienen también la oportunidad de otras opciones, incluso internacionales. Pero la ilusión de un joven, de un niño, de estar en la Olimpiada es difícil de sustituir.De los cambios propuestos sólo quedó la fecha, se buscó excluir a los equipos ante la negativa de los Federativos, y finalmente, después de una votación se tomó la decisión de mantenerlos aunque la carpeta no se cierra. Se formará una Comisión en la que, junto con la Conade, los Institutos y Federaciones analizarán las propuestas para implementar los cambios que sean necesarios, y viables, para el próximo año.Regresando a los orígenes, y retomando la propuesta que hizo el Director del Instituto del Deporte de la Ciudad de México, Horacio de la Vega, el programa competitivo tendría que formarse con los deportes que están dentro del ciclo: Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos, y buscar otro escenario para aquellos que no lo son.Si tendrá o no cambios para el siguiente año, se discutirá en abril. En tanto eso ocurra, y salvo su mejor opinión, la Olimpiada Nacional no debería ser el terreno de “pelea” entre los estados a quienes parece interesarles más la suma de puntos que la verdadera detección de talentos.Mientras tanto, vaya una felicitación al sonorense Édgar Rivera quien este fin de semana, con marca de 2.30 mts. en Rep. Checa, dio la marca mínima para el Mundial de Londres.