Desde el pasado viernes todo lo que hemos escuchado, tras los penosos incidentes de violencia en las tribunas del Estadio Luis “Pirata” Fuente, sólo son acusaciones encontradas, respecto a quién o quiénes pudieron iniciar la trifulca entre las “barras”, “porras” o “bola” de desadaptados de los clubes Veracruz y Tigres.Nadie quiere asumir la responsabilidad que le corresponde y en cada una de las versiones públicas que han dado, tanto la directiva de los escualos como de los regiomontanos, hasta parece que deberíamos canonizar a algunos de estos personajes que escudados en su “supuesto” apoyo para su club, van a los estadios a todo, menos a disfrutar del futbol.Estos actos deben ser juzgados por la Comisión Disciplinaria con el Reglamento de Sanciones en la mano, con el apoyo de las pruebas presentadas por los departamentos jurídicos de Veracruz y Tigres, se estima que la resolución se pueda dar a conocer hasta el viernes.Muchas son las voces que demandan una sanción ejemplar para los veracruzanos, y que esta se traduciría en vetar por uno o varios partidos el Estadio Luis “Pirata” Fuente, además de una fuerte y costosa sanción económica, pero no nos sorprendamos si todo queda en una simple amonestación para el inmueble y la multa.Y por ahí también por ahí alguna reprimenda para algunos integrantes del club Tigres.Pero el tema debe ir más allá, se tiene que ser más estricto y contundente con aquellos que envueltos en los colores de su supuesto equipo favorito, lo único que provocan es temor y este tipo de problemas.Sus acciones hacen pensar que se trata de todo, menos de verdaderos aficionados por un club de futbol, porque esa identidad que dicen tener con uno u otro equipo, es tan endeble como en muchas ocasiones las medidas de seguridad que les ponen o en este caso como quedó demostrado en el estadio veracruzano.El punto que deben atacar la Federación Mexicana de Futbol (FMF); la Liga MX y los mismos clubes, es desintegrar a esos supuestos grupos de animación, y buscar otras alternativas para que el futbol en nuestro país, sea realmente un espectáculo de altura, o en verdad son tan necesarios para que tenga un brillo esta industria.Hay que dejar de echarse la culpa unos a otros, se debe ser más profundos y efectivos, la solución está en manos de clubes, FMF y Liga MX, y con la prohibición no sólo de que ingresen a los estadios, sino de la conformación de estas barras, que terminan siendo una copia burda de las que se tienen en el futbol de Sudamérica. Torrente contra el tiempoEsa parece ser la realidad bajo la cual camina el técnico del León. Ultimo lugar de la clasificación general con sólo cinco unidades y un mundo de dudas, son el día a día de Javier Torrente, y a quien la directiva encabezada por Jesús Martínez Murguía analiza minuciosamente su continuidad para el siguiente torneo.Algo se rompió en ese equipo, algo quedo suelto, o quizá la llegada de un jugador con miles de problemas extra cancha como Carlos “Gullit” Peña, pudo ser el generador de esta caída estrepitosa del cuadro del bajío.Por lo pronto nombre y propuestas de posibles candidatos a ocupar el cargo que aún tiene Torrente, han llegado a los directivos leoneses, quienes frenan cualquier especulación o intento de negociación bajo el argumento de que su actual estratega tiene crédito hasta el final del Clausura 2017. Será?