Sale fortalecido Saúl “Canelo” Álvarez en el reconocimiento popular, luego de la paliza que le ha dado a Julio César Chávez Jr., el pasado sábado en Las Vegas.Desde hace varios años, su carisma y la necesidad de un ídolo boxístico le abrió las puertas de la televisión y en consecuencia de la popularidad, buenas bolsas y oportunidades titulares.Al mismo tiempo, trajo consigo un ejército de detractores y escépticos, que esperan el mínimo tropiezo para cuestionar su talento y cuyo dictamen varía poco pelea a pelea: El “ Canelo” es un boxeador inflado producto de la TV.Pero Álvarez demuestra combate a combate grandes progresos. Cada vez se nota más fuerte, más sólido, con mejores recursos y con una ambición que parece no tener fin.Siempre fue un chico muy profesional, disciplinado, con muchas ganas de aprender y con un objetivo muy claro: Instalarse en el Olimpo del boxeo mundial.Pero ahora se le ve maduro. Suma victorias y acepta por fin enfrentar lo que hace un tiempo parecía un obstáculo insalvable que hoy no lo es tanto, de apellido Golovkin.En el camino a la consagración popular, opera en su contra, un carácter serio, tal vez demasiado. Un gesto hosco, pocas palabras, ánimo triunfalista y seamos sinceros, la imagen de joven-rico-famoso que “tan mal” suele caer.Pero “ CaneloÁlvarez busca en el gimnasio y encuentra en las grandes arenas de boxeo, la solución a las críticas y a los cuestionamientos: Ganando.Ya de lo otro se encargará de aprender. Por lo pronto en su último combate fue diferente. Suavizó la mirada, sonrió más en presencia de la prensa y aficionados, se portó caballero siempre antes y después de una fácil victoria y se prestó para el gran show montado a continuación para anunciar su pelea contra Golovkin.Yo sigo pensando que es un boxeador de élite… Con mucho futuro aún y cosas que de mostrar… Si sigue como hasta ahora, con ganas de aprender todos los días y una ambición superlativa.