Los hechos violentos suscitados en Veracruz han levantado todo tipo de opiniones, críticas y señalamientos en una evidente muestra de que el tema conlleva muchos más intereses de los que imaginamos.Desde las rencillas políticas entre el propietario del equipo con las autoridades estatales y municipales hasta las grillas habituales del futbol y no se diga las rivalidades que incluyen a medios de comunicación y periodistas.Es impresionante cómo hoy nos seguimos desgastando en determinar quién tiró la primera piedra y si bien este dato es necesario para deslindar responsabilidades lo que debe quedar muy claro es que la primera obligación de brindar seguridad a los asistentes a un estadio es del club anfitrión. El equipo de casa tiene el compromiso de coordinar los esfuerzos necesarios para que este tipo de batallas no se presenten en las tribunas del inmueble.Que si la celebración de Gignac fue provocadora, cosa que no creo, o que si fueron los visitantes y no los locales los que tiraron la primera piedra, la verdad me parece que sale sobrando porque de haber contando con la seguridad necesaria el asunto no habría pasado a mayores y además se hubiese podido detener de inmediato a los responsables y cumplir con la ley.Creo que la Liga tiene que tomar medidas ejemplares y no caer en el “tira y tira” de los involucrados porque entonces estará simplemente dándole juego a las partes pero sin sentar precedentes que dejen huella para que este tipo de asuntos no se presenten.En las ligas más importantes del mundo, cosas como la que pasaron en Veracruz no se toleran y se llega a sanciones que van desde multas económicas muy fuertes, partidos de veto e incluso sanciones en puntos.El viernes por la noche entendí que Ricardo Ferretti actuara con desesperación y frustración por lo que sucedía en la tribuna, pero bajo ninguna circunstancia me parece sensato que el lunes, ya frío, ratificara sus amenazas a los aficionados veracruzanos.Creo que un entrenador no puede caer en las provocaciones y comportarse como un barrista más, sobre todo cuando ya ha tenido horas para reflexionar y entender que si bien puede estar molesto por lo sucedido e incluso enojado, no puede ser portavoz de una amenaza.Tiene buena chamba la Liga MX para deslindar responsabilidades y mandar un mensaje claro de que cosas como ésta no son juego y no pueden tolerarse porque cuando haya consecuencias fatales no habrá sanción que lo remedie.