Cuando en una empresa en la que se labora se acude a los jerarcas en busca de un aumento de sueldo o una extensión de contrato, se enfrenta a dos posibilidades: a que la demanda sea atendida en mayor o menor medida o que la petición sea rechazada con cualquiera de los argumentos que se pueden utilizar para el caso y que van desde un “no quiero” hasta un “no puedo”.El futbol profesional entra dentro de esta dinámica. No recuerdo en qué momento muchos pensamos que es una situación distinta.Más al punto. El Club Guadalajara y el futbolista Oswaldo Alanís se encuentran en una fase de negociación, con las situaciones propias del caso:Oferta, demanda, contraoferta, contrademanda, rompimiento parcial de las conversaciones, consecuencias, presión y lo que venga. Siempre dentro del marco legal de este tipo de relaciones laborales.Nadie es víctima ni nadie es villano. Son dos posiciones encontradas dentro de una empresa, en donde como es lógico para situciones de salario y duración de la relación laboral  el empleador tiene la sartén por el mango.Así son las leyes del mercado laboral en el mundo “civilizado”. Quien opine distinto es un romántico de la vida o simplemente no ha estado inserto en el mundo laboral.En qué momento entendimos a los clubes de futbol profesional como una “isla aparte” en este planeta.Mientras no se viole la ley, Guadalajara tendrá la obligación de pagar en su totalidad el contrato que se tiene con Oswaldo Alanís, quien ha su vez deberá cumplir las obligaciones profesionales que le  implican ser parte el Club deportivo Guadalajara.Si llega una oferta del extranjero o de Monterrey  o Pachuca pensando en clubes mexicanos con posibilidades hoy día de hacerla, habría una nueva negociación que involucre a las partes.De no haber y si trascurren los seis meses de contrato restantes, Oswaldo podrá contratarse libremente  con el club en el extranjero que desee sus servicios.En México no porque existe el multimencionado “pacto de caballeros”, ese candado tan criticado e impopular y gestor de muchas “injusticias”, de acuerdo,  que ha permitido también finanzas sanas para las empresas que invierten en el futbol profesional y que lo mantienen hasta hoy día. La eterna discusión del vaso medio lleno o medio vacío.Con las leyes en la mano Chivas y Alanís defienden su respectiva verdad. Es así. Suena impopular no decantarse en favor del futbolista. Pero en mi caso he aprendido que la verdad está llena de matices y que la vida no se trata de un eterno duelo de heroes vs villanos o de buenos vs malos.