De pronto se destapa en el futbol mexicano un secreto a voces, una práctica muy vieja por todos sabida: los dobles contratos. Se arma el escándalo y los puristas empiezan a darse golpes de pecho sintiéndose libres de culpa como para lanzar la primera piedra. Los eternos detractores del futbol mexicano aprovechan para lanzar conjuros en contra de la Liga MX, cuando debe quedar claro que el doble contrato es un acuerdo entre directiva y jugador exclusivamente.Los equipos tienen la obligación de enviar los contratos a la Liga MX para que quede constancia de los acuerdos económicos en caso de una posible disputa laboral en el futuro por incumplimiento de cualquiera de las partes, pero hasta ahí llega su función.Si la directiva y el jugador hacen un acuerdo por debajo de la mesa, documentado o no, ese ya es un asunto entre ellos y cada uno persigue sus fines, principalmente el jugador que de esa forma podría evitar un considerable pago de impuestos.Al mismo tiempo se asume un riesgo porque para las leyes del futbol internacional sólo existe lo que se registra en las federaciones y cualquier controversia tiene que ser resuelta en términos de los que está escrito ahí. Los otros acuerdos quedan desprotegidos en lo que a la intervención de la Liga se refiere.Cuando interviene la autoridad hacendaria se entiende que debe revisar los egresos de los clubes y los ingresos de los jugadores para establecer si ambas partes han cumplido con las obligaciones fiscales. Más allá de los contratos el punto focal se ubica en las cuentas bancarias de las partes involucradas.Ha sido público que incluso las grandes estrellas del balompié como Cristiano y Messi han sufrido los embates de una mala estrategia fiscal y han tenido serias dificultades con las autoridades por posible evasión de impuestos.El tema no es nuevo, y hoy parece que muchos se sorprenden y descubren el secreto del milenio. Para mí no es tan complicado. Quien decide correr el riesgo en primera instancia es el jugador porque es quién percibe el ingreso y de lo sólido de la estrategia diseñada es el tamaño de las posibles consecuencias.Y hay otra cosa, este asunto no es privativo de los jugadores de futbol, las grandes empresas y quizá las no tan grandes, también invierten recursos y muchas horas hombre en establecer mecanismos para optimizar el dinero destinado a la tributación.¿De qué nos asustamos? El escándalo son simples ganas de machacar en el lugar equivocado. Que cada quien asuma su responsabilidad y afronte las consecuencias de sus actos o acaso usted no le ha preguntado a su contador ¿cómo le hago para pagar menos impuestos?