La primera gran interrogante del Cruz Azul de Paco Jémez viene desde el centro del área misma.En la incertidumbre de si es Martín Cauteruccio la solución a la falta de goles que acusa el equipo desde hace tiempo y si en determinado momento La Máquina podrá recuperar a la figura potencial que parecía ser Jorge Benítez.Lo del paraguayo es preocupante.  Arribó a México hace un par de años procedente del futbol griego. Una discreta primera campaña donde se destacó más por su rebeldía a la hora de exigir, vía medios de comunicación, más minutos en la cancha. “No dejé de jugar Champions League para ser suplente acá”, sus palabras.Para el segundo torneo, con base en goles, Jorge Benítez se convirtió en uno de los consentidos de una afición ávida de héroes.  El número 27 en la espalda alimentaba la ilusión de haber dado, ahora sí, con la solución.Tras una declaración locuaz de pronosticar en febrero del año pasado la garantía de 15 goles,  el llamado “Conejo” entró en un tobogán del que no parece tener la intención de salirse pronto.  Los goles empezaron a escasear y su importancia dentro de la institución ha sido menor.Sus carencias de cara al arco se hicieron más notorias, pero más preocupante es que sus virtudes, claramente detectadas, parecen hoy día estar en pausa.Queda poco del joven paraguayo dueño de una potencia física superior al promedio de la Liga. Cambio de velocidad brutal y una fortaleza que desafiaba el choque contra el defensa que fuera.Hoy, Benítez no hace goles, pero no corre, ni desborda, ni le pega a la pelota como antes.  Hoy luce desconfiado, presionado y hasta frágil.Es joven y aún puede recuperarse, dependerá del manejo de su técnico, pero sobre todo de él. En lo particular creo que aún va a ofrecer mucho más de lo que le hemos visto.Pero en este momento el crédito de Jorge Benítez con una afición que un día celebró su compra definitiva es poco.  O mejora, y mucho, o engrosará la abultada lista de grandes decepciones.Hoy, el Conejo camina en el alambre.