Es difícil encontrar, dentro del “ Mundo Cruz Azul” a alguien que tenga un mal comentario hacia su persona y mucho menos hacia sus formas.Entiendo que la sequía de títulos lo han puesto en más de una ocasión en mala posición de cara al aficionado, que lo ha protestado o ha sido implacable, vía redes sociales.Con conocimiento de causa, doy Fe de su preocupación constante e incansable por ver a Cruz Azul en lugares de privilegio.Me constan muchos de sus esfuerzos, muchos de sus sinsabores y de las alegrías que le producen los buenos momentos.De tal forma que, por lo menos para un servidor, ver festejar a Guillermo Álvarez el título de copa de la forma que lo hizo,representó uno de los picos de emoción luego del triunfo celeste.Baile incluido, el Licenciado dio rienda suelta a emociones contenidas hace tiempo.Se merece como nadie esta y mayores alegrías celestes.Con éxitos, con fracasos, con buenas y malas decisiones, pero con una intención del tamaño de la gran Cooperativa Cementera de mantener la grandeza celeste.