La participación de la Selección Nacional en la Copa Oro 2019 siempre se planteó, como la primera prueba de fuego para la naciente gestión del técnico argentino, Gerardo “Tata” Martino.Desde un inicio se le expuso al estratega sudamericano, la importancia de ganar por octava ocasión el torneo de Concacaf.Bajo esa premisa Martino comenzó su andar con el Tricolor, pero también con la misión de dar los primeros pasos para el proceso de renovación generacional del equipo mexicano, con la misión de encontrar y armar esa camada de jugadores para llegar al mundial de Qatar 2022, y que sea la base para la justa tripartita México-Estados Unidos-Canadá de 2026.Desde luego que lo que pueda suceder en esta Copa Oro con el cuadro nacional, al interior de la FMF se podría tomar como un avance importante en el proyecto que pusieron en las manos de “El Tata” Martino, pero nadie puede pasar por alto lo trascendental que sería, para la actual administración del órgano rector del balompié nacional traer su primer título.No sólo por una cuestión deportiva, sino para continuar en plan ascendente en cada uno de los rubros que se trabajan dentro y fuera de la cancha con el equipo mexicano, ese que ha venido de más a menos en su desempeño en el torneo del área, pero que está colocado en su novena final desde que se juega bajo este formato hace casi 30 años.Los dirigidos por Martino están ya instalados en la final, con altas y bajas en varios sentidos se llegó a la primera meta, que le ha valido al estratega para incrementar su crédito, o por lo menos mantenerse en los mismos parámetros que cuando asumió el cargo, aunque sin duda la figura del entrenador por ahora está firme, ya que ha logrado convencer a los federativos.Uno de los puntos que también ha dejado una grata impresión del estratega, es su postura respecto de aquellos elementos que se negaron a acudir al llamado para ser parte de la nómina para la Copa Oro, el hecho de que no se haya dejado boicotear por nadie, y que reiterara que hay elementos que tienen las puertas cerradas del Tricolor, fue un paso sólido para consolidar sus propias reglas de ética y compromiso.Falta saber si este proyecto de Martino y la FMF el próximo domingo da ese golpe de autoridad para retomar la hegemonía en el área de la Concacaf, porque en caso contrario las críticas de sus detractores que han comenzado por el irregular paso en la Copa Oro, se podrían empoderar de cara al futuro del mismo entrenador y el equipo mexicano.