El éxito deportivo de los equipos regiomontanos al que ahora se suman sus versiones femeniles no es producto de la casualidad ni de un buen momento en su historia, es el resultado de la claridad de objetivos con los que han venido trabajando de manera consistente.Las instituciones han delineado un modelo de negocio que va más allá de tener buenos equipos de futbol. Se construye día con día una marca fuerte que trascienda el tiempo y que incluso pueda resistir de pronto algún tropiezo deportivo.El reto de llenar tu propio estadio cada jornada es un requisito básico que debe darse por hecho para los clubes que son o aspiran a ser grandes. En la actualidad hay que ir mucho más allá.Se trata de encender televisiones en México y otros países, se trata de que los aficionados a otros equipos aún sin convertirse en Tigres o Rayados se sientan atraídos a sentarse frente a la pantalla para verlos jugar porque saben que encontrarán el espectáculo que están buscando.Una vez que un club entra en esa espiral ya no se puede detener. Los logros deportivos basados en contrataciones rimbombantes que derivan en mayores ingresos por derechos de televisión, venta de artículos y mercadotecnia en general deben ser ya parte de la cotidianidad.Quién no entienda esto no tiene cabida en las instituciones. Hoy tienen el compromiso de salir a ganarlo todo. De buscar siempre el mejor desempeño y el mejor marcador posible sin importar quién esté enfrente y si hay algo en juego o no.Hoy un club grande no puede conformarse con ser el lugar ocho de la general y sentir que porque calificó y puede ser campeón entonces ya cumplió. La exigencia de calidad debe estar basada en el partido a partido donde cada 90 minutos son un refrendo del entendimiento de estos objetivos.Los regios ya son una constante en las Liguillas de la Liga MX y en la consecución de títulos de manera frecuente; sin embargo, les falta dar ese salto de calidad que los posicione mejor en el panorama internacional. Les queda como asignatura pendiente poner en sus vitrinas trofeos conseguidos fuera de nuestras fronteras.Pero me queda claro que van por muy buen camino y ese es el rumbo que deben seguir las instituciones que aspiren realmente a ser protagonistas con las nuevas reglas de competencia que van mucho más allá de simplemente ganar en la cancha.La globalización hace que hoy un partido de la Liga Mx compita con uno de la Premier o de cualquier otra liga del mundo al que un aficionado puede acceder presionando un botón de su control remoto. Hoy hay que estar a la altura de los mejores para ser elegido.Creo que en México poco a poco se va absorbiendo esta cultura de la proyección de todos los integrantes de la Liga como un verdadero negocio del espectáculo deportivo donde no se pueden perder de vista los objetivos que a la postre les permitirán mantenerse con vida y salud no sólo deportiva sino también financiera. Ahí está el modelo regio para quien quiera seguirlo.