GUADALAJARABaño de grandeza el que se ha dado el Guadalajara en este primer semestre del año. Un título de liga, una Copa y un campeonato sub-20 son motivo suficiente para que millones de aficionados al futbol esperen con ilusión el nacimiento de una época.Algunos inconvenientes a la vista, el interés que clubes europeos y mexicanos puedan mostrar por alguno de sus jóvenes figuras entiéndase Orbelín, Pizarro y el MVP de la final Alan Pulido.La tentación que pudiese llegar a tener Matías Almeyda por volver a Europa, ahora como entrenador y el que su gran caudillo Carlos Salcido aunque lo parezca, no es eterno.Pero sobre todo, lo que la organización no debe descuidar es la solidaridad, la humildad, el bien común por encima de lo individual que este grupo mostró a lo largo de todo un torneo.Si lo consiguen, en tiempos futuros podríamos ver a un rebaño renovado, pero tan ganador, como el que hoy disfruta la numerosa Nación Chiva. TIGRESUn muy buen trabajo de autocrítica, supongo, espera a los Tigres luego de caer en una final, donde se quedaron lejos de poder mostrar su total poderío.No es la primera vez que les pasa. Algo pasa con el cuadro de Ferretti que viene a menos notoriamente en partidos con título de por medio, aun aquellos que gana, recordar la ventaja que perdieron en el juego contra Pumas que recuperaron en penales y el dramático empate sobre la hora contra América en diciembre pasado.Revisar también actitudes que no hablan bien de sus figuras. De Andre-Pierre Gignac, tan extraordinario FUTBOLISTA pero tan ordinario DEPORTISTA. De Nahuel y esas ganas infinitas de caer mal. De Dueñas empecinado en desafiar al arbitraje y así nos podíamos ir hasta jugadores que pocas veces pierden la compostura como Javier Aquino.El millonario club felino sigue desperdiciando oportunidades de convertirse en una dinastía y oportunidades también de ganar más adeptos fuera de lo que ellos mismos consideran “sus fronteras”.