A las 9:30 salimos del hotel en Foxboro rumbo al aeropuerto Logan de Boston. Aproximadamente 50 minutos después estábamos en la terminal aérea. Esta vez no habría retrasos ni complicaciones. El cielo estaba despejado. El avión despegó puntual a las 12:30 pm.Intenté ver una película pero el sueño me ganó a los 20 minutos. Desperté poco antes de aterrizar en Atlanta, ciudad que nos recibió también con cielo despejado y un “tremendo calor de 10 grados centígrados”.El aeropuerto de Atlanta es enorme, de hecho está considerado el más grande del mundo. Hay que tomar un tren para llegar al área donde se recoge el equipaje. Salir y tomar otro tren para llegar a la renta del auto. Por todos lados se pueden observar motivos del Super Bowl LIII. No había duda, llegamos a la que es Tierra Santa durante la próxima semana.El chavo que nos atendió en la renta del auto fue de lo más “cool”, con una atención amable, agradable y puntual. Y tal como nos sucedió en Kansas City, podíamos escoger el auto que quisiéramos de cierto lote. Cuando llegamos vimos una camioneta Jeep a la que un niño que venía con su familia también le había echado el ojo, pero nosotros íbamos adelante y la agarramos primero. El niño se fue desilusionado al auto que ya habían escogido sus papás. Guardamos las maletas, nos subimos al auto y ¡oh sorpresa! No servía la pantalla digital y tuvimos que tomar otro auto. Ni la familia del niño ni nosotros nos llevamos al final la camioneta.Llegamos al hotel y nos atendió un hombre muy simpático, que decía ser de Oaxaca: “Sí wey, soy de Oaxaca”, nos decía con acento caribeño. Después me confesó que era dominicano pero que tenía una prima estudiando en Oaxaca. Nos dio las tarjetas de la habitación con el logo del Super Bowl LIII y recalcó: “Disfruten su estancia, wey”, entre risas.Dejamos nuestras maletas en la habitación y salimos disparados rumbo al Estadio Mercedes Benz para hacer enlaces en los partidos de futbol. Entramos al descanso de los juegos Cruz Azul vs Tijuana y Necaxa vs Morelia. El estadio está en pleno downtown, lo que complicará poder llegar a este inmueble durante la semana. Eso sí, !luce espectacular!No habíamos comido, en realidad ni desayunado, así que nos fuimos a buscar carne. Llegamos al Outback y tuvimos que esperar media hora para que nos asignaran mesa. De todos los restaurantes de Atlanta fuimos a dar al que estaba lleno y con una lista de espera enorme. Pero valió la pena por el sirloin y el rib eye que nos comimos. Una vez más la plática fue muy agradable con Luis Fernández y Sergio Bonifaz, a quien le agradezco las palabras que tuvo hacia un servidor. Me queda claro, pase lo que pase, en este viaje me he ganado nuevos amigos. Gracias ingeniero y créame, es recíproco.Poco a poco ha ido llegando todo el personal de Televisa Deportes que laboraremos esta semana en el Super Bowl. Este domingo llegarán los equipos y con eso se da el banderazo a la semana más emocionante del año.