Ningún gran arranque de torneo le garantiza a un equipo el que estará peleando las instancias finales de nuestra Liga.Incluso son más los casos de arranques vertiginosos que terminan en naufragios, que encontrar equipos consistentes de principio a fin de competencia.Por alguna razón, cuesta mucho mantener durante 17 jornadas y Liguilla a un equipo en la parte alta del rendimiento. La gran preocupación de los entrenadores es alargar lo más posible los buenos momentos de sus equipos y que los descensos no sean tan pronunciados.Todo en relación a lo que está viviendo Cruz Azul en esta primera etapa de la Liga MX, donde el equipo se ve pleno, pero la preocupación acerca de si es o no el momento para estarlo, aparece.Hago la aclaración de que no es un asunto que tenga que ver únicamente con el club celeste. Pero siendo hoy el puntero de la Liga, el tema es con ellos.A la afición no le puedes pedir que no viva la ilusión o, incluso, la euforia del momento. No le puedes reprochar de que piense que “este semestre es el bueno”. Siempre he considerado una necedad querer controlar la emoción de un aficionado por sus colores.La mesura para Cruz Azul debe estar en el interior. En la intimidad del vestuario, en la soledad de su planeación, en el silencio de su entreamiento, en la cabeza de quienes encabezan el proyecto y de quienes lo desarrollan en la cancha.Es en esa tranquilidad donde se debe seguir trabajando el resto de la competencia. Es a partir de ahí, donde se mantendrá el paso ganador, se aliviarán los malos momentos y se vacunarán contra la presión que irá creciendo semana a semana.Guillermo Álvarez, Ricardo Peláez y Pedro Caixinha. Líderes a quienes les sobra mesura. Gente con mucha experiencia en este asunto de competir, serán los encargados de que el río emocional no se desborde frente a las expecativas creadas. Armaron un gran equipo, en adelante la tarea es otra.El aficionado celeste tiene todo el derecho de celebrar, ilusionarse, estar orgulloso y sobre todo ansioso de vivir un gran momento. Es una afición que lo merece.El equipo que trabaje y que el periodismo analice y matice. Pero por favor, dejemos en paz a la gente. El “vivir” su “afición” es un derecho que solo pertenece a quien ama a unos colores, desde su gusto por el futbol.