Para las Chivas hay algunas similitudes entre la final que estarán disputando a partir de este martes en la versión de ida y la que sostuvieron contra Tigres hace menos de un año en la Liga MX.Vuelve a ocurrir que el favoritismo no sentimental, no está del lado del club rojiblanco.Al igual que en aquella ocasión, el Guadalajara enfrenta a un club que en el comparativo individual lo supera, tomando en cuenta el momento de sus respectivas figuras.Contra Tigres, el nombre de Gignac superaba al de Pulido, como en esta ocasión el de Altidore.Con todo y su buen momento, Pizarro no es más, en el papel, que Giovinco y no se diga el símil que podríamos hacer entre Pineda y Bradley, abrumadora ventaja para el estadounidense.En ambos casos, el primer capítulo Chivas como visitante y con la ventaja de cerrar en casa.Pero el Rebaño en esa mencionada final de liga supieron estar a la altura. Matías estudió muy bien las virtudes y defectos felinos, el grupo fue solidario, muy generoso en el esfuerzo, concentrado y muy aplicado tácticamente. El resto de la historia ya es muy conocida.De manera que la fórmula es ya conocida al interior rojiblanco aunque de ninguna manera fácil de aplicar.Dos partidos casi perfectos frente a un rival que aparece en el horizonte como de mayor talla y presente aunque mucho menos historia y grandeza.Así como los que hicieron en San Nicolás de los Garza y en su casa para alzar el trofeo de campeones de México.